No solo pedir para sobrevivir es suficiente, también escarbar entre la basura para comer es necesario. La indigencia también vive entre los desechos sólidos de la ciudad de Maracaibo, entre lo que desechan los restaurantes y las zonas residenciales.
En la capital zuliana es común caminar o conducir y encontrar esa realidad que muchos no quieren ver. En las esquinas, avenidas y lugares concurridos hay algún indigente buscando qué comer entre las bolsas de basura que adornan la ciudad.
Es suerte para ellos conseguir algo para comer, una lechuga en plena descomposición, conchas de cambur, plátano o mango, vasos con sobras de refresco y envases con jugo es «coronar», pues el hambre no aguante y no distingue entre lo higiénico, salubre o putrefacto y dañino.
Son expertos en lidiar con las moscas, gusanos y malos olores, para ellos es algo cotidiano. Los basureros son parte de sus vidas y de su casa, pues su hogar son las calles de Maracaibo.
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Aylen Bucobo: Redacción
José Valbuena: Fotos
