sábado 27 de abril de 2024

¡PEDIR PARA SOBREVIVIR! Comida en abundancia y hambre por doquier contrastan con la indigencia

En las populares calles del hambre o en los puestos de comidas rápidas en Maracaibo, como en la calle Cecilio Acosta que alberga un sin fin de estos puntos de comercio para la venta de comida chatarra con elevados precios que van desde un perrocaliente a 300 mil bolívares o una hamburguesa a  700 bolívares se conjugan con una realidad que está bajo la sombra de la noche deambulando a los alrededores de estos sitios: La indigencia.

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Entre negocios de moda, nuevos y establecidos, existe una cantidad de adultos, niños, adolescentes y ancianos en condiciones de extrema pobreza en la indigencia y llamados «huele pega», deambulando por estos establecimientos mendigando comida, dinero y buscando entre la basura algo qué comer.

La conciencia ciudadana y el sentido común se preguntan sobre las políticas sociales enlazadas entre el sector privado y el público para dar aportes en función de solventar este problema que no solo es social sino de salud pública.

La indigencia está por doquier y con ella no solo la falta de recursos económicos para poder vivir sino que el hambre la asecha a diario. Esta realidad es un contraste, en la calle Cecilio Acosta incluso hay indigentes que duermen en las adyacencias de estos negocios con sus hijos de brazos, de 2 años, 8 años y más.

El hambre aprieta y el olor a comida nubla la mente de los indigentes que habitan por la zona, el estomago no aguanta y si el pedir no satisface lo que aquejan, esperan hasta altas horas de la madrugada para escarbar en los pipotes de basura alguna lechuga oxidada, tomate en descomposición o un pan que haya dejado de sobra algún cliente que sí pudo saciar su necesidad.

 

 

 

NAM

Aylen Bucobo: Redacción 

Foto: Cortesía