Fuerzas de seguridad del estado Zulia han activado el Código Rojo en la región, para impedir a toda costa la fuga y evasión del «El Peluche» o «Monstruo Ferretero», como fue bautizado Jauder Fuentes Chinchilla, quien es el principal responsable del crimen contra la niña de 10 años Yisleidy Carolina González, ocurrido el pasado 30 de mayo y que puso al descubierto una red de pedofilia que operaba en la propia Zona Industrial de Maracaibo.
El anuncio hecho por el secretario de Gobierno del Zulia, Lisandro Cabello, este miércoles puso al descubierto una red de violadores infantiles, que motivados por las más bajos y crueles instintos, captaban la atención de niñas, para drogarlas, violarlas y grabar estas escenas que luego eran difundidas y vendidas a través de las redes.
Por este hecho se encuentran solicitados siete personas, dos de ellos detenidos: Yoni Antonio Rosa Pérez, alias “Yonito” y Juan Eduardo Maestre, apodado “El Curruco”, quienes participaban en un juego de perversión, sadismo y lujuria desenfrenada y que podría haber alcanzado a más de 40 menores de edad.
El caso de Yisleidy Carolina González, «La Boli» como era conocida cariñosamente en su entorno, fue el detonante, la aberración que debió soportar la menor, al ser drogada, ultrajada, luego golpeada para asesinarla, y dejar su cuerpo en un basurero, que intentaron quemar para borrar las evidencias de las atrocidades que debió padecer antes de morir.
Todo esta escena macabra se desarrollaba en uno de las áreas del local comercial o ferretería que funcionaba en la Circunvalación-3, allí eran llevadas y sometidas las víctimas. Con «La Boli» pasó algo inesperado, presuntamente ella despertó del efecto de la droga, por lo que trató de defenderse, y en este forcejeo recibió un golpe certero y contundente que acabó con su vida.
Por lo que debían deshacerse del cuerpo de la menor y optaron por lanzar su cuerpo a un botadero de basura, cercano a donde ocurrieron los hechos.
Los autores materiales no se percataron que en el lugar donde dejaron el cuerpo su acciones eran grabadas de forma silente por una cámara de seguridad, que fue una de las pistas primordiales utilizados por los investigadores para develar esta perversa red de violadores infantiles y que ahora son buscados activamente por todos los cuerpos policiales del estado.
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