jueves 9 de mayo de 2024

¡ADIOS CUAIMAS! Conozca las Muñecas Sexuales más reales del mundo y lo mejor no «JO#%…»

McMullen comenzó a crear estas muñecas hace un par de décadas. En un principio, explica, se trataba únicamente de figuras hiperrealistas, «que parecieran tan reales que la gente se diera la vuelta al pasar», pero pronto empezó a recibir solicitudes para crear versiones «anatómicamente correctas». Veinte años después, y tras vender varios miles de RealDolls, su empresa está lista para dar el siguiente paso: pasar de objetos inanimados a robots interactivos.

cara-realdoll
El presidente ejecutivo, fundador y jefe de diseño de Abyss Creations, y creador de las RealDoll, Matt McMullen, coloca la cara en una cabeza animatrónica.

En su versión totalmente inanimada, las RealDoll son impresionantes. Están hechas de silicona, y cuentan con un esqueleto que te permite que adopten posturas. El tacto es agradable, suave pero firme, aunque extrañamente sus pies y uñas son más blandos que el resto, lo que no se nota a la vista, pero sí cuando las tocas. La empresa cuida los acabados hasta el último detalle, y todo el proceso, desde el modelado hasta el maquillaje, es manual y se lleva a cabo en las instalaciones de California. Realizan envíos a países de todo el mundo, aunque algunos lugares imponen restricciones a las importaciones o el envío de contenido para adultos. En concreto, clientes de Brasil, México y otros países latinoamericanos han visto sus muñecas requisadas en la aduana.

Las muñecas RealDoll cuestan un mínimo de US$4,000 en su versión más básica, pero esta cifra puede multiplicarse en líneas más modernas o en cuanto el cliente empieza a pedir personalizaciones. Porque todo, absolutamente todo, se puede modificar al gusto del consumidor: los ojos, el cabello, el color de la piel. Las pecas, los genitales (que son extraíbles para facilitar la limpieza), el tamaño de los pezones. Hay tres cosas que no podrás pedir: niños, animales y réplicas exactas de personas sin que éstas hayan dado su autorización. Por lo demás, lo que quieras.

Pero son los componentes robóticos lo que de verdad te traslada a una película de ciencia ficción.

Cualquiera que haya visto la película Ex Machina recordará el momento en el que su protagonista, el joven programador Caleb, conoce a Ava, un robot humanoide con inteligencia artificial completamente realista en cuanto a comportamiento y aspecto — a pesar de sus chips y cables a la vista. Harmony está muy lejos de este realismo, y sin embargo la película es lo primero que me viene a la mente al verla mover la cabeza y hablar. De cerca, no podría confundirla con un ser humano, pero cuando gira la cabeza, me mira y parpadea, podría creer que me está viendo.

Aun así, sería ingenuo pensar que el sexo no es relevante. De hecho, Tom se muestra escéptico ante la posibilidad de que una muñeca sexual con inteligencia artificial pueda servir para más funciones que para la que fue diseñada originalmente, algo que McMullen sugiere que sería perfectamente posible. «Yo, y creo que todos los que estamos probando la inteligencia artificial en beta, estamos interesados en que sea una mejor muñeca sexual. O un mejor interés romántico. Así que estoy un poco preocupado porque últimamente parece que el interés de los desarrolladores se aleja de esto», añade. «No me interesa en absoluto si puede responder mis correos electrónicos o mis llamadas, eso ya lo puedo hacer yo».

NV1/Cnet