A pesar del actual desabastecimiento de productos lácteos y de carne, el estado sigue sin ver a la Universidad del Zulia (LUZ) como un aliado para superar la actual crisis nacional.
Durante décadas, la Universidad del Zulia —cumpliendo con el desarrollo de la vida nacional mediante su contribución doctrinaria en el esclarecimiento de los problemas del país— contribuyó al fortalecimiento de la producción agropecuaria de la región desde las haciendas San Pedro, Alto Viento y La Esperanza; la Granja Experimental Ana María Campos y el Centro Experimental de Producción Animal (CEPA).
En la actualidad, la situación de las 5 unidades de producción de la universidad es devastadora, no solo por la falta de financiamiento por parte del Gobierno nacional, sino por los cuantiosos hurtos de bienes y animales, las invasiones de sus terrenos y por la coyuntura económica del país que, sin duda alguna, imposibilitan —además de las prácticas de campo de los estudiantes— el desarrollo de proyectos orientados a minimizar el desabastecimiento de lácteos y de carne, que supera un 60 % según la Cámara Venezolana de Industrias Lácteas.
Los espacios agroproductivos de LUZ, en el pasado, sirvieron para desarrollar proyectos sobre transferencia de embriones, congelación de semen y de inseminación artificial de ovinos y caprinos, así como para el mejoramiento genético del ganado que, desde su aplicación en el 2005, generó grandes avances en el potencial lechero y en la eficiencia productiva y reproductiva de sus unidades.
Tan solo en la hacienda La Esperanza se producían 1.300 litros de leche diarios, mientras que en la hacienda San Pedro —que tenía un cuarto de leche con un tanque de enfriamiento con capacidad para 1.200 litros— se producían 410 litros diarios, y en la hacienda Alto Viento la producción era de 600 litros diarios. Este aporte, que al mes superaba los 69 mil 300 litros de leche, servía como materia prima para la elaboración de productos lácteos que abastecían a la región.
Desde sus espacios, LUZ se hizo merecedora de reconocimientos por sus logros científicos relacionados a la genética que, no solo potenciaron la producción de animales, sino que fueron aportes para los productores de la región, quienes encontraron en la Universidad del Zulia un aliado. En la granja Ana María Campos, la universidad creó un banco genético de leguminosas que sirvió para el desarrollo de líneas de cultivo con características acordes a las condiciones climáticas de la región.
A todo esto, se suma la cantidad de proyectos e investigaciones que se han ejecutado en todas las unidades académico-productivas de LUZ y que, en la actual crisis económica y social del país, siguen a la disposición del Estado como una posible solución al desabastecimiento de alimentos que ha desencadenado casos de desnutrición e inseguridad alimentaria en más del 80 % de los hogares venezolanos.
NAM/ Nota de prensa
