jueves 25 de abril de 2024

¡SEXUALIDAD EN NAM! Hablemos de infidelidad (María Fernanda Prieto)

Este es un tema frecuente en consulta, la infidelidad, es considerada la mayor traición que se le puede cometer contra el otro miembro de la relación amorosa. Cuando tenemos pareja, en la mayoría de los casos (a excepción de las parejas abiertas), inconscientemente firmamos un contrato  que implica lealtad, exclusividad y respeto. Mientras ese sea el acuerdo, si se sale de este, ya se considera traición. Actualmente hay quienes hablan del poliamor, o dicen que el amor no es exclusivo, pero si al iniciar la relación, nadie hizo un planteamiento diciendo que ellos serían los miembros originales de la pareja y podían conocer a otras personas e incluso intimar con ellos sexualmente y esto llega a pasar,  entonces es una falta.

Lo que bien es cierto es que, vivir la infidelidad desde cualquier posición genera malestar, ya seas que juegues el papel del amante, del infiel o del engañado, pero todas consumen energía que probablemente en algún momento se agote. Si eres infiel, necesitas mantenerte oculto, no puedes soltar tu teléfono celular, necesitas cambiar la clave con frecuencia por seguridad, grabas los nombres de tus amantes con un alias, si te llaman debes hablar en clave, vives una constante sensación de ser perseguido. Ahora si eres el o la amante, exhibirte puede resultar algo arriesgado, entonces por lo general permaneces en el anonimato, lo que en algún momento puede causarte frustración, si te llegas a vincular emocionalmente, socialmente esta postura es aparentemente la más cómoda, porque el o la amante solo reciben atención y buenos momentos, pero, ¿Qué pasa cuando quedas en segundo plano? ¿Cuándo no pueden acudir a un encuentro porque tu amante no puede zafarse de su pareja? O ¿Qué sucede si sencillamente no puede dedicarte más tiempo porque debe cumplir con su pareja? Justo ahí comienzan los malestares de jugar este papel. Y si eres el o la engañada, enterarte o descubrir la traición ya es incómodo, es doloroso y genera muchas incógnitas.

Desde pequeños hemos escuchado frases como, los niños tienen varias novias, pero las niñas son novias de papá, lo que ha hecho que la sociedad acepte y fomente la infidelidad del hombre y preparan a la mujer para aceptarla,  diciéndoles; así son los hombres, ellos no se pueden controlar, el hombre tiene un instinto animal sexual desenfrenado, tu eres la legal las otras siempre serán las otras, pero eso no significa que no duele, que no se siente decepción y te preguntes ¿Qué hice para que él actuará así? Pero obviamente también hay mujeres infieles y de igual forman lastiman a los hombres, causando dolor y decepción. Pero es importante entender que la infidelidad no es un tema que solo atañe a las parejas heterosexuales, también la viven los homosexuales y de igual manera causa malestar y fractura la relación, dando paso a la desconfianza, al resentimiento cuando no es tratada, a la rabia y en ocasiones a la venganza, que en algunos casos ha terminado con la vida de algunos de los participantes.

Pero es importante que entendamos, que la infidelidad es una decisión tanto en el hombre como en la mujer, y no es algo que depende del compartimiento del otro, nadie es infiel por falta de atención, ni por falta de sexo, ni afecto, porque si estos elementos faltan y se han conversado y aun así no se observan cambios, el deber ser es que la parte que está siendo afectada, se separe entendiendo que la otra parte no desea generar ningún cambio en pro a la estabilidad de la pareja y mientras nuestro sistema de creencias esté diseñado para estar en una relación monógama, lo que hagamos fuera de este acuerdo generará un quiebra en la relación y causa heridas que dejan cicatrices, pero todo se supera y sana, en algunos casos se necesita de acompañamiento psicológico terapéutico, pero con compromiso se alcanza el éxito.

NAM/María Fernanda Prieto