La lucha contra la violencia y el acoso en el trabajo y contra las desigualdades de género son dos de los grandes temas que atravesarán a partir de este lunes la conferencia anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la mayor del mundo que trata sobre el empleo y sus condiciones.
La conferencia fue inaugurada en presencia de 4.000 delegados de gobiernos, sindicatos y patronales, que forman parte de los órganos de decisión de la OIT, una característica exclusiva de esta organización, la única que ha sobrevivido de las que antecedieron a la creación de la ONU.
Al inaugurar la reunión, que se prolongará por dos semanas, el director general de la OIT, Guy Ryder, evocó el entorno particular en el que se celebra la cita este año, así como los temas cruciales sobre los que deberá posicionarse.
El primero y más actual se refiere a las negociaciones de una convención contra todas las formas de violencia y acoso de mujeres y hombres, conversaciones que deben avanzar lo suficiente para adoptarla en la conferencia de 2019 y marcar con un éxito el centenario de la OIT.
«Son cada vez menos frecuentes las oportunidades que tiene la OIT para negociar una nueva norma laboral internacional», recordó el responsable, quien enfatizó que este tema no ha surgido a raíz del movimiento #MeToo, sino que entró ya en 2015 en la agenda de los debates.
Ryder consideró que -más allá de la mediatización de los casos de acoso que han involucrado a famosos- el fenómeno #MeToo «evidencia un iceberg sumergido de falta de ética laboral que contamina y desfigura el mundo del trabajo y lo convierte frecuentemente en un entorno hostil e intimidatorio para las mujeres».
«Es tentador decir que estas negociaciones son oportunas, pero la verdad es que vamos tarde. Esto ya no lo podemos cambiar, pero nos podemos unir para garantizar lugares de trabajo libres de todas formas de violencia y acoso», declaró Ryder a los delegados.
En una temática que afecta en particular a las trabajadoras, el director general de la OIT recordó que en esta conferencia presentará su informe sobre igualdad de género, un tema que consideró «urgente» de tratar.
Al respecto, sostuvo que «las desigualdades de ingresos, de oportunidades y de calidad de vida» tienen sus raíces en lo que ocurre en el mercado del trabajo y tienen como consecuencia sociedades injustas e inestables.
Durante esta conferencia se reunirá también el Comité de Normas de la OIT, la instancia que revisa, analiza e investiga denuncias sobre violaciones graves de los derechos laborales en los países.
Asimismo, se abordará la situación del empleo en los territorios palestinos ocupados, adonde Ryder realizó recientemente una visita y pudo observar personalmente que la degradación de las condiciones continúa.
Desde hace cuatro décadas, el director general de la OIT tiene el mandato de exponer la evolución de la situación en Palestina mientras la ocupación israelí persista.
«Espero con ansías el día en que este informe ya no sea necesario. He estado en Palestina y tengo poco positivo que decir, pero hay muchos motivos de preocupación en términos humanitarios y de pérdida de vidas», lamentó.
Dijo, sin embargo, que está convencido de que la OIT puede aportar una mejora real a los trabajadores palestinos, pero que para ello se necesita que todos los miembros de la OIT apoyen este esfuerzo.
La OIT es la mayor organización multilateral que realiza un trabajo único de reflexión sobre el futuro del trabajo, que abarca asuntos como el aprendizaje a lo largo de la vida o el impacto de la inteligencia artificial y de los macrodatos («big data» en inglés).
Ello ante la necesidad cada vez más patente de redefinir el trabajo y su valor, incluso frente a formas no reconocidas de trabajo.
NAM/EFE