Solo tres días después de su impactante derrota en la final del US Open, Serena Williams fue de la cancha a la pasarela para presentar la última colección de su marca de moda, S by Serena.
Y trajo a su pequeña hija para el paseo: mientras hacía su tradicional arco posterior al espectáculo, con una minifalda de piel de serpiente que diseñó, llevaba en sus brazos a la pequeña Olympia, 2.
Como corresponde a una leyenda del tenis, Williams contó con la presencia de admiradores prominentes, especialmente Kim Kardashian, la presentadora de televisión Gayle King y la editora de Vogue Anna Wintour.
También asistió: Tarana Burke, fundadora del movimiento #MeToo, quien dijo que Williams era «fuerte en muchos aspectos, no solo físicamente. Siempre la apoyaré.
El desfile en el centro de Manhattan comenzó con un exuberante abrigo marrón estilo trinchera, seguido de un traje en la misma tela con una falda asimétrica. Le siguieron pantalones y suéteres holgados, luego una serie de vestidos, blusas y abrigos con estampado animal.
Williams, de 37 años, demostró ser fanática de los estampados llamativos, en tonos como el púrpura o el azul brillante, o en blanco y negro. Y también es claramente partidaria de los colores brillantes, como en un conjunto de color rosa intenso que era en parte un traje pantalón que deja ver el estómago, y una falda larga.
Pero quizás la visión más llamativa y creativa en la pista se produjo cuando dos modelos usaron el mismo atuendo juntas, una al lado de la otra, una en talla grande y otra no, una declaración efectiva sobre la diversidad de tallas.
Williams señaló más tarde en la alfombra roja que su intención era «mostrar la diversidad de todos los colores y todos los fondos y todos los tamaños, solo mujeres hermosas».
Burke elogió la pasarela de Williams por ser verdaderamente diversa. «Amo a Serena», dijo, y agregó que la moda es «otro mundo para ella para conquistar.
NAM/Agencia
