domingo 28 de abril de 2024

¡POR SU ASPECTO Y SU VESTIR! Periodista cuenta cómo fue discriminado y maltratado en el aeropuerto de Santo Domingo en Táchira

Como un acto discriminatorio, el escritor y periodista tachirense Luis José Glod consideró el trato recibido el pasado lunes 27 de diciembre en el aeropuerto de Santo Domingo cuando se disponía a despedir a sus progenitor que emprendería vuelo. Según su relato los hechos ocurrieron muy cerca del mediodía luego del chequeo de maletas y mientras Glod estaba sentado en la sala de espera, junto a sus mamá y papá.

El comunicador y poeta venezolano detalló cómo algunos funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) a cuenta de que llevan un uniforme, se creen con el poder de vejar y maltratar a las personas violando irresponsablemente el debido proceso, sencillamente, porque se «enamoran» de alguien para ensañarse con él, haciendo un uso indebido de la autoridad que le otorga ser miembro de la Fuerza Armada.

Aquí está el relato completo de lo que este venezolano vivió por dos elementos que bien podrían ser juzgados bajo la ley antiodio que se inventó el Gobierno para hacerla valer «en ciertos casos»; el que lo acusó de «raro» por su vestir y su aspecto y los que se ensañaron en humillarlo con una absurda revisión cargada de altanería y prepotencia, a decir del denunciante.

–De pronto un funcionario de la GNB se me viene encima y me dice que necesita revisarme y me pide mis papeles. Mi papá respondió ¿Qué necesita? Y nos dicen que nos estamos negando a la revisión, y que por qué hacíamos eso. Mi papá estaba asustado y yo molesto, y les volvimos a preguntar la razón de ser abordados de manera tan agresiva. Ahí si mi papá comenzó a sacar sus credenciales de la Corporación de Salud, el es médico, y mi papá no quería que yo le entregará mi cédula, pues no había razón para hacerlo, pero yo accedí—contó Glod.

Al momento de dar sus explicaciones el guardia nacional, aclaró que atendía el reclamo de otra persona dentro de las instalaciones del terminal aéreo que sospechaba de él por su apariencia.

–Nos dijo el encargado de la pesquisa que otro pasajero se quejó de mí, porque me veía raro y que si yo iba a viajar, que era extraño que yo fuera a viajar en esas condiciones. Yo estaba con una franelilla, que no es tal sino una pieza de diseñador, que era realmente una franela sin mangas, de cuello alto, y con un pantalón normal. A mi se me parecía raro que se fijaran en un aeropuerto por cómo uno está vestido, cuando yo ni iba a viajar—continuó.

Sin embargo lo que iba a ser un malentendido resuelto, pasó a ser un asunto más grave cuando la persona que lo había señalado aparecería con un grupo de funcionarios.

–La situación comienza a ponerse peor cuando yo pregunto quién fue la persona que se quejó. Llaman a la persona que se quejó, quien llega con muchos funcionarios más, y me abordan, y me dicen que si yo era un grosero, que si no me había leído el Manual de Carreño, que me tenía que callar y escucharlos a ellos. Yo les dije que era periodista y escritor, eso es a lo que me dedico, no tengo nada que ocultar, ni droga encima. Querían entonces llevarme a revisar, sin mayores razones y accedí a la requisa– dijo.

La persona que hizo la denuncia cuando los ánimos ya estaban más caldeados terminó pidiendo disculpas pero insistiendo que su confusión se había debido a que “se veía raro”

–Los funcionarios se fueron poniendo cada vez más altaneros, y hasta que llegó el momento en que tuve que salir del aeropuerto, y casi que ellos detrás mio. Mi papá pudo tomar su vuelo pero igual vivir toda la incomodidad de quedarse en el aeropuerto aislado, nos trataban como delincuentes y la gente nos miraba como “está familia que trae”. En el momento en que le dije que era un acto de discriminación, me dijeron que no sabía de lo que estaba hablando, que él estaba haciendo su trabajo. Y me decían algo así como qué haces aquí y yo les respondía estoy acompañado a un pasajero, y también como “si te ves así cómo quieres que no te revisen”. El que acusó afirmó que yo dizque me veía cuando nervioso cuando yo estaba de lo más tranquilo con mis dos padres–agregó.

Como muchos de los ciudadanos que pasan por situaciones similares, Glod estuvo a punto de pasar la página, más se dio cuenta que así cómo le pasó a él, le puede pasar a otra persona, y su denuncia la ha dado a conocer a través de las redes sociales.

–No iba a hacer más nada, y eso que salí afectado, salí llorando y al pasar por varias alcabalas de regreso a casa, y me invadía una sensación de medio terrible. Y al llegar a casa dije que si es necesario que se documente la situación, y que haga una publicación al respecto para que la gente vea que estas cosas ocurren. Venir a un aeropuerto no es ningún delito. Se trata de las mismas fuerzas que nos deben defender la que nos intimidad y la sensación de impotencia era inmensa—concluyó Glod.

NAM/Vía La Nación

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