viernes 19 de abril de 2024

#OPINIÓN Una pedagogía pluricultural nos alejará de los falsos “salvadores” (Alexandra Casan)

La historia nos ha demostrado que luchar por la libertad y la justicia es parte esencial de nuestras sociedades, ya que, a través de ella, hemos generado grandes cambios sociales, que, aunque pocos y dispersos; son cambios que han favorecido la igualdad y la justicia social. Sin embargo, aún nos falta un extenso, cansado y tortuoso camino por recorrer en vía hacia justicia social que todos anhelamos.

Uno de los colectivos sedientos de libertad y justicia social, son los inmigrantes, personas que han tenido que dejar su hogar por la inexistente calidad de vida que hay en sus países, estos grupos además de huir de su lugar de origen, se enfrentan a grandes dificultades más allá de lo económico, porque en muchos de los países a los que llegan  se les desprecia, causando fuertes daños a su dignidad y a su moralidad, en muchos casos rezagándolos y limitando cualquier derecho a un sueldo digno o a tener una educación superior digna.

Por lo tanto, es allí cuando comienzan estas luchas por revindicar el valor y la dignidad donde aparecen “los salvadores” utilizando la desgracia de estos grupos sociales para beneficio propio, uno de ellos son los llamados “revolucionarios” quienes aprovechan erigiéndose como héroes y salvadores ante quienes tienen deseo de libertad e igualdad.

De allí el agradecimiento de quienes sienten a través de los diferentes discursos de estos “salvadores”, su valor humano y el reconocimiento como personas dignas, refugiándose en organizaciones antisistema y/o radicales.

Aunque, por otra parte, están los políticos de toda la vida, “los ninis”, ni facilitan la regularización, ni les afecta la inmigración, quienes se aprovechan también de estas personas, pero dejándolos entrar a sus países sin concederles beneficios o legalidad, para tener en algunos casos “una mano de obra barata” lo que genera por parte de los nativos y lugareños un fuerte Una investigación (2017) realizada por Southern Poverty Law Center (SPLC), conocido por su trabajo con el racismo y los derechos humanos, desde la llegada de Donald Trump a los Estados Unidos; señala que, desde su arribo a la Casa Blanca, los niveles de racismo han aumentado un 4% hasta llegar a 954. Sin embargo, en ese mismo año (2017) la cantidad de grupos raciales negros también fue en aumento, en respuesta a los llamados “grupos de odio” del colectivo racista blanco.

Es decir, tanto como aumenta el racismo y la xenofobia en los países, aumentan los crímenes de odio, crímenes y odio que seguirá en aumento, si los gobiernos no hacen nada para cambiarlos.

Por eso y más, tan importante es, la educación y la pedología primaria, para construir una sociedad igualitaria, donde lejos de discriminar y señalar a los que creemos diferentes por sus rasgos físicos o cultura distinta, entendamos que, en el mundo, aunque todos somos iguales existe una multiculturalidad que nos ha acompañado desde el principio de nuestra historia humana que lejos de empobrecernos nos enriquece.

La educación es un derecho de todos, sin embargo, la pedagogía orientada hacia el valor, respeto, igualdad y justicia nos hará grandes como sociedad, estas personas se dejarán de sentir discriminadas y empezarán a soñar, a estar orgulloso de su historia, de sus raíces; contarán su historia a otros, y estos, se lo agradecerán.

Según el diario El Confidencial solo el 15,7% de los hispanos, culminan los estudios superiores en Estados Unidos. Es importante combatir la exclusión educativa; la educación debe estar orientada al amor de unos otros, para que en las sociedades venideras no exista rezago hacia ninguna otra persona, y que los “lideres revolucionarios o políticos aprovechadores no tomen partido de lo que hemos sido como sociedad.

En consecuencia, es a través de la pedagogía, que en nuestro devenir formaremos hombres y mujeres de bien. Aunque a muchos les cueste aceptarlo los seres humanos somos una mezcla de todo lo bonito y diferente que hay en el mundo, nuestro mundo es pluricultural, debemos combatir la exclusión y abogar por quienes hoy quieren ser libres, para crecer profesional y moralmente, porque es la única manera de que las sociedades avancen y deje de existir pobreza.

NAM/Alexandra Casan

Periodista

Web www.soyalexandracasan.com