jueves 28 de marzo de 2024

#Opinión Sociedad temerosa (Jesús Castillo)

La sociedad venezolana se encuentra enfrentando una serie de conflictos emocionales producto de la angustiante situación económica. Hoy en día, el venezolano puede estar lleno de rabia, frustración, ira, tristeza, confusión, impotencia, desesperanza, lo que provoca eventos de conductas inapropiadas para el desarrollo de las relaciones humanas. En la actualidad es común ver a muchas personas alteradas y en conflicto permanente, irritables que incluso incentivan la confrontación, también se encuentran individuos que lloran producto de la impotencia ante la situación del país y que sienten no pueden controlar, otros que inclusive han tomado la decisión de quitarse su vida. Además de ello, el éxodo de venezolanos está causando muchos daños emocionales a los ciudadanos y fractura a la solidez familiar, al dividirse por el mundo, generando eventos de depresión continuos.

Los estudios cuantitativos señalan al gobierno del presidente Nicolás Maduro como el responsable de todo el dolor que están viviendo quienes habitan en Venezuela, los niveles de rechazo a la gestión gubernamental se encuentra en un 87%, y la reflexión derivada de ello es cómo un presidente con tanto rechazo logra poner a más de 25 millones de venezolanos en jaque, tras  anunciar que aumentará los precios de la gasolina a tarifas internacionales, causar pérdidas millonarias al comercio y a las familias por los excesivos cortes del servicio eléctrico. No se entiende cómo es que ante tanto desastre la sociedad venezolana se encuentra pasiva a la protesta masiva y a exigir mejores condiciones de vida.

Y es que, en un país en el que el dinero en efectivo cuesta 400%, en el que ir a un hospital es peor al propio incidente (de salud o accidente) por las precarias condiciones de infraestructura e insumos, el trasporte público es humillante, las escuelas, liceos y universidades se quedan desoladas, cambiarle el aceite a un vehículo es un lujo, lograr alimentarse es un milagro, poder trasladarse por el territorio nacional por tierra, aire o vía lacustre es casi imposible, la población decide quedar en pausa.

Sin ninguna duda, los venezolanos se encuentran temerosos a las acciones que puedan ejercer los organismos de seguridad del Estado, las Fuerzas Armadas, la milicia, los colectivos, los grupos de choque que tenga el gobierno, como consecuencia de los antecedentes ocurridos de aprehensiones, maltratos, violaciones a los Derechos Humanos, e incluso, la muerte, los cuales alertan a los ciudadanos a ser prudentes. El 72% de los ciudadanos (según encuesta del pasado mes de julio 2018) afirman que mientras los habitantes de la gran Caracas no ejerzan presión de calle será muy difícil que las provincias puedan hacer cambiar al gobierno en su manera de gobernar.

La nueva etapa que se avecina en Venezuela es de mayor incertidumbre, la elevación del costo de la vida será inimaginable, el precio de la divisa llegará a precios especulativos en los cuales   Venezuela estrena la modalidad de generar inflación, es decir, que hasta los precios colocados en divisa extranjera experimentan inflación en el país. Todos estos hechos, sin duda, serán nuevos ingredientes para la frustración ciudadana que inclusive hasta para salir del país con el paso de los días es más difícil y las medidas recién anunciadas por el presidente certifican que el gobierno tiene serios problemas para lograr enrumbar al país por el camino de la prosperidad y se empeña en atacar a los sectores productivos y lograr altos niveles de frustración de la sociedad. En Venezuela todo se deteriora, la calidad de vida va a la fosa aceleradamente y la parálisis de la clase política asombra. Como lo dijo Ryan Carpinone: “En política quien abandone los espacios ganados le será muy difícil recuperarlos”.

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@castillomolleda

S.H. Jesús Castillo Molleda (Politólogo, Profesor, Emprendedor, Locutor)