Hoy decidí ofrecer un homenaje sencillo a Las Madres. Comencé por documentarme para regalar desde lo cualitativo y encontré este poema de la Madre Teresa de Calcuta (QEPD). Interpreto que el poema se refiere a las madres y lo coloco como introito, al artículo.
“Enseñarás a volar…
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar…
pero no soñarán tus sueños.
Enseñarás a vivir…
pero no vivirán tu vida.
Enseñarás a cantar…
pero no cantarán tu canción.
Enseñarás a pensar…
pero no pensarán como tú.
Pero sabrás
que cada vez que ellos vuelen, sueñen,
vivan, canten y piensen,
¡estará en ellos la semilla
del camino enseñado y aprendido!” (Teresa de Calcuta: Enseñarás).
Indudablemente la Madre es la persona que está más cerca de los hijos. Ambos se acompañan en una importante trayectoria vital. La mamá nos cobija en su seno, nos trae a luz, nos cuenta la vida, nos la traduce en cantos y cuentos, para llevarnos al mundo, mediante alas fuertes y pasos firmes.
Creo que los recuerdos de la infancia son duraderos, singulares, e impregnados de la organización de mamá. Esto, con el devenir cambia, porque hemos aprendido a volar y ser nosotros mismos, en otras situaciones, en otros contextos que la madre respeta y acepta, no obstante, la esencia sigue intacta: la esencia de la madredad.
Es por eso que la madre nunca se rinde, porque en su imperfección, es perfecta. Cuando contextualizamos dónde está la madre hoy, específicamente en Venezuela, sabemos que está en la casa, en la escuela, en el trabajo, buscando y encontrando, quizás hasta lo no deseado.
La madre venezolana, hoy más que nunca, es vulnerable por los efectos de las crisis que le toca vivir: carencia de recursos económicos para satisfacer sus necesidades y la de sus hijos, salud y educación precaria, servicios públicos insuficiente o inexistentes y soledad.
Hoy la madre venezolana está sola o alejada de sus hijos y eso le saca lágrimas, quiere estar en contacto, tenerlos cerca, abrazarlos y hasta confrontarlos. ¿Cuándo veré a mis hijos? es un clamor a viva voz de cada día., porque como dice el poema, «cada vez que vuelen, sueñen, viven o cantan…» en ese camino está la madre, regando el semillero.
Aunque estoy escribiendo un homenaje a la Madre, quiero dejar claro que valoro y apuesto por esta labor en compañía del padre. Ambos son responsables por la razón de ser de la vida de los hijos. Un padre afectuoso y responsable agrega valor a la hijidad.
Los estudios científicos revelan que una paternidad activa entrega múltiples beneficios para niños y niñas ya que estos se desarrollan más sanos y mejor. Un papá comprometido y afectuoso aporta una mejor autoestima, más habilidades sociales, apoya con un mejor desempeño escolar, y entrega bienestar psicológico para los niños y niñas.
Retomando a mamá, la homenajeada, cierto que la naturaleza la prepara para cuidar y criar a sus hijos provocando cambios en su cuerpo: sus sentidos son más agudos y puede percibir más detalles, lo cual es evidente cuando es capaz de oír en la madrugada el llanto de sus hijos o hijas aun estando en sueño profundo o cuando sabe qué está sintiendo su hijo solo con observar su rostro.
Por todo lo anteriormente dicho, deseo un feliz día para todas la madres, ya sea biológicas, como de crianza. ¡Es hermoso vivir en familia la experiencia de ser Madre!
NAM/Carmen Rosa Blanco/Educadora
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