La expansión comercial y financiera de varios negocios y grupos empresariales ha proliferado incluso en medio de la fuerte crisis económica de Venezuela. Y es que a pesar de la elevada contracción en el consumo y el poder adquisitivo de la sociedad venezolana, producto de la hiperinflación inducida desde el BCV, muchas cadenas corporativas y negocios han optado por invertir en la multiplicación física de la marca con el objetivo de aumentar el volumen de los dividendos (ganancias).
Por esa razón, el presidente de Front Consulting Group y miembro de Profranquicias Alfonso Riera asegura que las crisis sacan lo mejor del sistema de franquicias. “La franquicia es un juego en equipo donde cada unidad es atendida y gestionada por sus propietarios, pero todos con un mismo modelo de negocio y eso le da resiliencia”.
“En estos momentos estamos actualizando el censo de las franquicias de Venezuela que tenía tres años sin actualizaciones”, apuntó.
Y aunque las importaciones han caído en un 60%, aunado a la descomunal devaluación del bolívar, que desequilibró todas las estructuras de costo hasta llevarlas a una dolarización de facto, las empresas recurren a la inversión de su capital en una expansión corporativa con el fin de aumentar el alcance de los servicios y no depender de un solo núcleo, es decir, de una sola sucursal.
Riera agregó que antes habían 530 empresas franquiciadas venezolanas y extranjeras “muchas han cesado y desaparecido redes, no tiendas, pero ese número que está apareciendo (en la actualización) no quedará en menos de 400”.
Destacó que en el país se ha contraído 60 % del comercio frente a solo 20 % de las franquicias. “Eso marcará la pauta de 2020 de que todo negocio viable en Venezuela piense en franquiciarse”.
Es decir, la rentabilidad de convertirse en franquicia es una nueva tendencia en la realidad económica venezolana para el sector empresarial, puesto que resulta mucho más accesible y manejable financieramente invertir el capital para multiplicarlo en varias sedes, que concentrarlo en un solo punto de venta o sucursal fija que, debido a la inflación y a la caída del consumo junto a la merma de las ventas, se descapitaliza progresivamente hasta que se ve obligado a bajar la santamaría.
Ricardo Serrano
