La presión sigue en aumento y la convicción de Estados Unidos de deponer al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela apunta a ser una de sus prioridades a lo largo de este año. Y es que el enviado especial del Departamento de Estado de EEUU para Venezuela, Elliott Abrams, anunció este lunes que el presidente Donald Trump ha decidido reforzar e incrementar su campaña de sanciones petroleras a Venezuela para presionar a Maduro.
El funcionario le dijo en una entrevista a la agencia Reuters que EEUU primero lanzará una advertencia al gobierno de Maduro y sus socios en el extranjero que le compran oro y petróleo, luego sancionará a más funcionarios y entidades involucradas en el sector petrolero venezolano «en las próximas semanas y meses».
Asimismo, Abrams dejó claro que EEUU está apuntando hacia los clientes de la compañía petrolera estatal venezolana PDVSA, mayoritariamente sus clientes en Asia, donde se encuentran casi todos, entre ellos: China, India y Turquía.
Agregó que la administración Trump seguirá de cerca las transferencias de petróleo venezolano de buque a buque y sancionará a las compañías que realicen ese tipo de operaciones logísticas si no se detienen.
Esto implica que EEUU monitoreará todas las rutas a través de las cuales el gobierno de Maduro envía petróleo a Rusia, India, China, Turquía y Cuba para luego advertir a las compañías de fletes que desembarquen crudo venezolano de un buque a otro en su intento de evadir las rutas bloqueadas por las sanciones de Washington, y si no atienden el llamado de atención y no cesan sus operaciones y transacciones con Venezuela, sancionarán directamente a esas empresas al probablemente impedirles todo tipo de transacción con EEUU, así como un bloqueo a sus rutas marítimas de transporte de crudo en el Océano Atlántico y el Océano Pacífico.
Abrams detalló que EEUU considera que la estatal PDVSA ya está «casi lista» con su pago de entre 5.000 y 6.000 millones de dólares de deuda a la estatal petrolera rusa Rosneft. Sin embargo, no se descarta que Washington trate de bloquear la ejecución total de esa transacción como medida de presión a Rusia para que deje de apoyar financiera y militarmente al gobierno de Maduro.
Además, otra posible ronda de sanciones de EEUU podría basarse en establecer un ultimátum a las compañías de transporte de crudo venezolano para que deje de hacer operaciones con PDVSA y el gobierno de Maduro o, en su defecto, serían eventualmente bloqueadas sus cuentas en el sistema financiero estadounidense y el sistema financiero internacional, que a su vez es controlado desde Washington.
Si esas sanciones son aplicadas, el efecto que podrían generar sobre la estructura de poder de Maduro consistiría en una merma de su margen de acción para distribuir en la élite política y militar del país las rentas provenientes de sus clientes petroleros en Asia, que le pagan en euros en efectivo traídos a Venezuela en aviones enviados por el gobierno venezolano.
U.S. special envoy for #Venezuela Elliot Abrams tells @Reuters @realDonaldTrump has decided to step up #Venezuela oil sanctions campaign to pressure @NicolasMaduro
— Reuters Venezuela (@ReutersVzla) February 24, 2020
Ricardo Serrano
