jueves 28 de marzo de 2024

¡MARACAIBO CLAMA QUE VUELVAN A LA VIDA! Edificios fantásmas siguen en pie recordándonos la historia de nuestra ciudad (Fotos)

La ciudad de la post-modernidad se encuentra repleta de edificios abandonados que transmiten soledad y desconsuelo a aquellos que transitan por sus alrededores. La Maracaibo de ayer, se caracterizó por ser parte de buenas historias, en el pasado se construyeron decenas de edificios que actualmente se encuentran abandonados.

Esos edificios fueron testigos de cómo surgía la modernidad en nuestra ciudad, allí es donde recalcamos el refrán: ¡Si esas paredes hablaran, que no dirían!; si eso sucediera mi ciudad fuese otra, la gente la recordara con orgullo y admiración. NAM hizo un recorrido por algunos de los más emblemáticos lugares para recordar lo que fueron y difundir lo que ahora son, comencemos:

En el año 1935 abre sus puertas el prestigioso Hotel Granada, una llamativa edificación con rasgos mediterráneos ubicada en La Calle Unión entre la Avenida Bella Vista y la Playas de la Avenida El Milagro.

Una edificación de 4 pisos, conectados por una escalera central y un ascensor, incluía en sus inmediaciones un semi-sótano casinos y depósitos, el Lucky Bar, una lujosa recepción y la cocina. Disponía de 67 habitaciones y un café con una vista panorámica a la carretera. Fue ícono de elegancia  en la ciudad marabina.

En sus habitaciones se alojaron famosos de la talla de Carlos Gardel, quien risueño y contento tarareaba sus tangos con esa voz implacable que sólo el poseía; la flamante y preciosa actriz Libertad Lamarque; el director de cine y también cantante Hugo Carril; sus pasillos observaron con claridad el porte del Campeón Mundial del Peso Pesado Joe Louis y la rudeza de su contrincante Rocky Marciano.

En los años 50 le realizaron diversas reparaciones para poder controlar la demanda de visitantes, ya que su capacidad no contaba con la amplitud suficiente para recibir la aglomeración de personas que concurrían a la ciudad en aquella época.

La modernidad trajo consigo hoteles más amplios y modernos, eso ocasiono que el maravilloso Hotel Granada cerrara sus puertas y quedara en el olvido para siempre.

En otros países, no muy lejos ni muy distintos al nuestro, hablamos de Colombia, México, Argentina, Chile, Perú, por mencionar solo algunos, estas estructuras históricas, no solo son restauradas y mantenidas en su máximo esplendor, sino convertidas en íconos del turismo y la cultura. Sin embargo, Maracaibo las ve morir cada día, no hay quien se conduele de ellas, a nadie se le pone el ojo aguado, no hay gobierno que les dé a estos espacios su justo valor histórico, arquitectónico. Son el tesoro de una ciudad con historia y siguen en pie, en paupérrimas condiciones, pero siguen allí mostrándonos su rostro de abandono y dándonos una bofetada como ciudadanos.

El Palacete de Loyola

Un edificio que causa temor a cualquier transeúnte que pasa por sus alrededores, caminas con prisa sin querer mirar los ventanales que se encuentran en su imponente estructura. Entre penumbras y desasosiego se encuentra el Palacete de Loyola.

La historia relata que la mansión fue construida por el Arquitecto Belga Leon Jerome Hoet bajo órdenes de Joshua Da Costa Gómez un marino mercante proveniente de las Antillas Holandesas quien fue el dueño del Tranvía de Maracaibo.

El empresario sólo pudo habitarla con su familia por un periodo de 2 años debido a que El General Juan Vicente Gómez los obligo a exiliarse en la isla de Curazao.

La monumental edificación dispone de 19 habitaciones, mide 8.450 metros cuadrados; si realizamos una vista aérea de la mansión podemos visualizar como su terreno tiene forma de barco y la casa se ubica justamente donde quedaría el puente de mando en la proa de la nave.

Tras la partida del dueño, El Palacete quedo solo y fue la residencia oficial del General Vicencio Pérez Soto, posteriormente fue hipotecada al Banco de Venezuela. En 1938 fue comprada para colocar allí la sede del Colegio Alemán.

Luego fue adquirida por Francisco Quintero y su familia quienes permitieron que allí funcionara la sede del Colegio La Presentación y en el año 1942 se otorgo la residencia a la organización de jesuitas ‘San Javier’ quienes le agregaron el nombre Palacete de Loyola en honor a San Ignacio de Loyola, el fundador de su orden religiosa.

Fue sede del Instituto de Comercio de Maracaibo y de la Escuela de Artes Plásticas Julio Arraga.

En el año 2014 el Gobernador Francisco Arias Cárdenas propuso que se fomentara dicha edificación como Espacio de Utilidad Pública, lo cual quedo en palabras debido a que hasta el día de hoy sigue en ruinas y penumbras tan insigne construcción.

Arias y su equipo de Cultura y Turismo, habían visualizado para el Palacete la puesta en funcionamiento de un espacio para el arte y la cultura, hacerlo un museo-café, donde se congregaran allí pintores, escultores, músicos, poetas, gaiteros y fuese el espacio de encuentro del gremio artístico y cultural. Pero, lo único que llegó a hacerse allí fue limpiar su amplio terreno y retirar de allí unos armazones de un viejo y tétrico parque de diversiones que una vez funcionó y que le otorgaba, junto con el destartalado palacio un ambiente realmente macabro a la zona. El Palacete sigue allí a la espera de algún doliente.

Edificio Banco de Maracaibo

En la memoria de los habitantes marabinos se conserva la historia del Banco de Maracaibo el cual fue inaugurado en 1965, fue la primera entidad bancaria del país y la misma llego a acuñar sus propios billetes.

Luego de su intervención durante la crisis bancaria de 1994 cerró sus puertas, y se traslado allí la recordada Sede de Oficina Regional de Identificación y Extranjería (ONIDEX), donde se realizaban largas colas para poder sacar la cedula a niños y adultos.

Al entrar se podía visualizar cada persona en una mini oficina con una montaña de carpetas y papeles a sus lados; una o varias filas acomodadas desde la madrugada con personas fuera del establecimiento esperando para entrar y validar su cédula o con la esperanza de que le entregaran el comprobante como símbolo de que su proceso estaba en trámite.

Sus puertas estaban hechas de bronce, la cual fueron quitadas y robadas para venderlas por chatarra. Más de 20 años han pasado desde que cambiaron la sede de la ONIDEX, desde esa época nadie ha reestructurado su edificio, hoy es símbolo de ruinas y deterioro en un casco central con dos caras. El edificio ABBO reestructurado por el ayuntamiento y unos metros más adelante la sede de la ONIDEX con una soledad inexplicable entre murallas inhabitables.

Quinta Luxor

La casona abandonada de Indio Mara, sector Paraíso, encierra un tenebroso secreto que la condenó a no ser habitada jamás por seres vivientes. Es la Quinta Luxor, una joya arquitectónica más con que cuenta Maracaibo y que, tras la indiferencia, sigue casi intacta esperando por alguna autoridad que le reconozca su valor y la devuelva a la ciudad.

Demostrando ser une extraordinaria construcción, se erige todavía sana en medio de la maleza. Al observar de frente la fachada norte, la puerta enrejada y la única ventana asemejan el rostro recostado de un cíclope, cuyo ojo oscuro y ciego esconde las sombras de un alma recóndita, silenciosa y dura.

Hasta para un uso de lo que ella misma transmite, puede ser habilitada y devolverla a la vida como un lugar de misterios que todo el mundo querría conocer.

La Quinta Luxor marcó un hito en la arquitectura marabina. Mejor conocida como La Casa de los Leones, por las dos esfinges que se encontraban a su entrada y que se vendieron a Marmoca en 1992.

Teodoro Amado Montiel, hombre reconocido en la alta sociedad local para la época, era el Gran Maestro de la orden Rosacruz de Amorc, una fraternidad esotérica y universal. Sus hijos aseguraban que esa era la orden legítima de Egipto, de allí que Montiel se inspirara en el Templo de Luxor para la construcción de la casa.

El inmueble se ubica en una parcela de mil 900 metros cuadrados. Su acceso se orienta hacia el norte, donde pasa la avenida 5 de Julio. Posee dos plantas, un sótano y cubierta visitable, con un área de construcción de 618 metros cuadrados.

El diseño de la residencia fue ideado por Teodoro, quien hizo que un dibujante plasmara cada uno de sus requerimientos. Sin necesidad de haber visitado Egipto, Amado escenificó parte de la simbología hebrea en las paredes de la casa.

En 1992, el Banco de Maracaibo adquirió la vivienda por 42 millones de bolívares, con el objetivo de construir una sucursal de la entidad. El proyecto no llegó a su fin y la Quinta Luxor fue desde entonces casa de maleantes y concentraciones esotéricas y religiosas, pasando a manos del Fondo de Garantía de Depósitos de las Instituciones Financieras (Fogade).

En 2005 queda en manos de Metromara, para servirle de sede, pero por “falta de presupuesto” no se pudo concretar la recuperación de los espacios y la casa quedó abandonada. Aún pertenece a ese organismo.

Cierto o no, la Quinta Luxor sigue allí, oscura y abandonada, silenciosa y detenida en el tiempo. Solo la afirmación de su fundador queda navegando en el aire como un presagio: “papá no quería que la vendiéramos y justo antes de morir dijo: ‘si salen de ella, esta casa jamás podrá ser habitada’”.  Hasta ahora, la profecía se ha cumplido.

Egipto en Maracaibo, Retén de Bella Vista

En medio del colorido inspirado en el trópico caribeño que caracterizó las casas de El Empedrao fue erigida la estructura de la Cárcel Pública de Maracaibo semejante a una mastaba egipcia, cuya imagen remontaba al árido paisaje africano.

El edificio resaltó entre el resto de los construidos a finales del siglo XIX en la ciudad. La mezcla de estilos, predominantemente europeos, que crecía en las edificaciones de la cosmopolita capital zuliana, se alteró con el levantamiento de esta obra inspirada en la arquitectura funeraria faraónica, comparada con las tumbas del as necrópolis de Saqqara, Djoser o Gizeh en Egipto.

El correccional se situó al final de la calle Obispo Lasso, al lado de la cañada Nueva, hoy cañada Lara y sirvió por 86 años de lugar de reclusión para la purga de penas impuestas a los delincuentes de la ciudad.

La construcción semejó a las tumbas egipcias en forma de pirámide truncada, que aún hoy marca diferencia con el resto de los edificios de Maracaibo. El edificio ha sobrevivido –por su inmejorable construcción- al abandono, a la desidia, a la delincuencia y a “algunas pretensiones” de derribarlo.

El correccional se situó al final de la calle Obispo Lasso, al lado de la cañada Nueva, hoy cañada Lara y sirvió por 86 años de lugar de reclusión para la purga de penas impuestas a los delincuentes de la ciudad.

La construcción semejó a las tumbas egipcias en forma de pirámide truncada, que aún hoy marca diferencia con el resto de los edificios de Maracaibo. El edificio ha sobrevivido –por su inmejorable construcción- al abandono, a la desidia, a la delincuencia y a “algunas pretensiones” de derribarlo.

Hoy se mantiene en pie a pesar del paso del tiempo y el abandono, a la espera de su rescate como patrimonio cultural e inclusive arquitectónico de la región y ¿por qué no? del país. De hecho, fue designado Patrimonio Cultural de la Región en 1976.

El edificio ha sido propuesto para ser sede de varias instituciones, entre ellas la de Fundagraez, Casa del Gaitero y Casa de la Cultura. De hecho, en la década de los 90 sirvió como recinto expositivo de obras de arte, pero todo aquello fue circunstancial y momentáneo.

Durante el segundo gobierno de Arias Cárdenas, hubo un proyecto para su total recuperación y habilitación como espacio cultural, pero todo ello quedó en proyecto y, al igual que el Palecete de Loyola, el faraónico lugar sigue allí, como un anuncio de cuántos elementos de valor se abandonan en Maracaibo.

NAM/Arelys Munda/Trabajos Especiales/Con información de Reina Carreño

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