El Gobierno de Chile rebajó este lunes hasta el 1,4 % la previsión de crecimiento económico para 2019, lo que supone hasta 0,8 puntos menos con respecto al último ajuste, y estimó para 2020 una expansión de entre el 1 y el 1,5 % por el estallido social que vive el país desde hace más de 40 días.
Esto implica un duro golpe al sistema de crecimiento que había instaurado Chile desde hace tres años con el entonces todavía predominante boom de las materias primas o commodities a nivel mundial, en el cual se produjo un gran auge de las exportaciones de cobre chileno en el mercado latinoamericano y europeo.
«Esto no son meros números, implica que miles de empresas y empleos están hoy en riesgo (…). Mientras el país no retome la cotidianidad, la actividad económica funcionará a media máquina», indicó en una rueda de prensa el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, en la que también anunció un plan de 5.500 millones de dólares para reactivar la economía.
El producto interno bruto comercial y empresarial ha mermado debido a la obstaculización de la dinámica cotidiana en todo el sistema de producción a partir de la concentración de capital humano, generación de empleo, mejoras salariales por iniciativa de las empresas privadas, etc.
El anuncio tiene lugar horas después de que se conociese que la economía chilena cayó un 3,4 % en octubre con respecto al mismo periodo del año pasado -su peor registro desde hace 10 años- por el dramático impacto que la crisis social está teniendo en el comercio y los servicios.
Chile es todavía catalogado como uno de los países con las economías más estables de la región junto a Perú, Bolivia y Brasil, pero la contracción en su capacidad de generación de renta para este año se produjo debido a la fuerte crisis política que ha trabado e incluso alejado inversiones externas en el país austral.
Ricardo Serrano
