Por primera vez en su historia, la izquierda llega al poder presidencial en Colombia. Muchos elementos se configuraron para que esto sucediera. Los constantes errores cometidos por los presidentes de derecha, a pesar de los avances innegables en materia de infraestructura, economía, educación, proyección internacional de Colombia, aún había una deuda social muy grande. En Colombia la guerrilla sigue predominando en algunas áreas, la carestía, la desigualdad y la inseguridad son deudas no honradas.
Iván Duque ha sido uno de los presidentes más protestados en la historia de Colombia. Las manifestaciones de 2001, principalmente en Cali, hicieron implosionar las estructuras de dominación y de poder en el país vecino y, a pesar de que el margen de diferencia no fue tan amplio, pero sí definitivo en favor del izquierdista Gustavo Petro, el país con este voto busca una bocanada de oxígeno.
La politóloga Carmen Maurera, de la Universidad Central de Venezuela (UCV) analiza las implicaciones de este triunfo de Gustavo Petro para Venezuela y para todo el hemisferio, tomando en cuenta que, seguramente, vendrán algunos cambios muy visibles.
“En muchos casos, los presidentes han sabido equilibrar la línea de lo ideológico con lo práctico o lo económico, solo en Venezuela y Cuba se dio un fenómeno al revés; ¿Qué quiero significar? Que, a pesar de las críticas al carácter autocrático de los regímenes izquierdistas, caso Nicaragua, Bolivia, en su momento Ecuador, en su momento Uruguay, no significaron para esos países altos niveles de inflación ni altos niveles de descomposición y depauperación del aparato productivo y de la economía como si ha ocurrido en Venezuela y Cuba”.
Maurera señala que Petro mostró un visible desmarque hacia el presidente Nicolás Maduro durante su campaña, pero, “una cosa es la campaña electoral y otra muy distinta es asumir el poder. Tal vez, dos o tres declaraciones sorprendentes del ahora presidente electo de Colombia hacia el gobierno de Venezuela, buscaban sumar votos, pero, en la realidad, Petro debe evaluar muy bien y creo que ya lo ha hecho, el reconducir unas relaciones sanas con Venezuela. A ningún gobierno le conviene tener conflictos con sus vecinos, porque esos conflictos terminan afectando a su población y terminan socavando la popularidad”.
Hay que sanar desde fondo
“Creo que Petro –esboza Maurera- establecerá una comisión para abordar con mucho juicio el tema Venezuela, buscando equilibrar las cargas, buscando limar asperezas, buscando reconstruir unas relaciones donde prime la dinámica económica que beneficie a Colombia y también a Venezuela y pienso que no le será fácil al gobierno de Nicolás Maduro incidir de un modo tan fuerte, como en su momento incidió con Evo Morales en el caso Bolivia en cuanto a la línea internacional que diseñará el presidente Petro”.
La analista considera que debe construirse una mesa de evaluación y negociación bilateral y que, posiblemente, ese sea el primer planteamiento de Gustavo Petro hacia su vecino. “Y el presidente Maduro debe suscribir esa iniciativa, yo creo que no pasará mucho tiempo en que Maduro visite Colombia y sostenga una primera gran reunión con el presidente Petro”.
“Sanear la frontera –afirma la docente- es una tarea por venir; una terea nada fácil, pero, debe haber un acercamiento y un entendimiento con Venezuela mucho más amplio del que ha habido hasta ahora y eso desencadenará en la apertura en cuanto a la dinámica comercial, cultural, humanitaria y migratoria”.
Sostiene que “hay que ver qué va a plantear Petro en cuanto al tema de los migrantes venezolanos que, en Colombia son muchos, asimismo, puede haber una apertura para reiniciar proyectos comunes que quedaron congelados tras el enfriamiento de las relaciones con los presidentes de derecha”.
La política con Estados Unidos
“Pasará a revisión. No creo que Petro haga un borrón y cuenta nueva. Muchos intereses están en juego, sobre todo para Colombia que, pese al carácter ideológico de su nuevo presidente, no puede permitirse retroceder en cuanto a sus relaciones internacionales, no solo con Estados Unidos, sino con los demás países del hemisferio”.
Maurera cree que Petro se cuidará mucho de no caer en los excesos en los que cayó Iván Duque: “Los tiempos han cambiado, las doctrinas se han adaptado a las nuevas realidades, ninguna hoy en día hace lectura de lo político y de lo geopolítico, como lo hacía en los 60 y 70, porque, las relaciones internacionales ahora son distintas, Colombia no puede permitirse retroceder en lo que ha logrado avanzar ni en lo económico ni en lo político ni en las relaciones internacionales, si Petro logra ese equilibrio y atiende las deudas sociales que desatendió la derecha desde Uribe para acá, posiblemente cuente con la aprobación de las mayorías, pero si es importante que la transición de modelos sea comedida para no generar choques y fricciones que desencadenen otra explosión social como la vista hace un año”.
NAM/Equipo de Política
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