Somos seres emocionales y racionales, nadie puede negar eso. Sin embargo; hay ocasiones en que sentimos que uno de esos dos lados debe prevalecer en nuestras decisiones y acciones. Es hora de que aceptemos que no somos máquinas perfectas, que nuestras emociones y nuestras razones están en constante interacción, y que ¡eso está bien!
Prestemos atención a nuestras emociones, y dejémonos guiar por nuestra razón. Así, podremos tomar mejores decisiones y construir una vida más plena. Ser emocionales y racionales es parte de nuestra esencia, es lo que nos hace humanos.
Pero a menudo tratamos de negar o ignorar una de estas partes en nosotros mismos. ¿Por qué huir de lo que nos hace ser quienes somos? Aceptar nuestra parte emocional nos permite conectarnos con nuestra espiritualidad y nuestra intuición, mientras que nuestra parte racional nos ayuda a entender y resolver los desafíos que se nos presentan. Ambas partes son necesarias para el crecimiento personal y la plenitud espiritual.
Aceptar nuestra parte emocional puede ser difícil, especialmente en un mundo que a menudo valora la racionalidad y la lógica por encima de lo que sentimos, como si no aceptarlas fuera suficiente para no sentirlas.
NAM/Laura La Rosa Colmenares/Coaching
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