jueves 25 de abril de 2024

¡CRUZA EN BICICLETA DE COJEDES A COLOMBIA! Conoce al «Pedaleador» cojedeño y su aventura cicística

De esos personajes que inspiran y se hacen protagonistas de la historia escrita. Jesús Durán, un hombre de 58 años con espíritu y energía de carajito, no le importa tanto protocolo, su ímpetu aventurero lo avientan a donde se fije llegar haciendo uso de su vieja bicicleta y unas cuantas cosas de supervivencia. Su bandera tricolor y su fuerza le acompañan.

Lo primero que Durán aclaró es que no es migrante: “No, no lo soy, en mi estado (Cojedes) las cosas están igualitas que en el resto del país, pero no me he fijado nunca salir de mi país”, reafirmó mientras explicaba las razones que lo animaron a ir hacia Colombia.

“He venido varias veces a la frontera, pero, de pasajero y a comprar mercancía para venderla en mi estado, pero esta vez lo hice como una meta que me había trazado”, explicó al equipo de prensa del diario La Nación.

Eran cerca de las 10.00 de la mañana del 7 de julio, cuando Jesús Durán arribaba a las cercanías de Peracal, en San Antonio del Táchira. Lo hacía en su bicicleta, vehículo que usó para llegar a la frontera y en el que regresaba a Cojedes.

Un desafío

Su recorrido, hace más de siete días, lo hizo desde el estado Cojedes, hasta San Antonio de Táchira. De allí, pasó en su bicicleta hasta el vecino país, Colombia, por los caminos verdes, mejor conocidos como trochas.

«Era un reto de vida y lo cumplí», precisó el caballero mientras indicaba que su meta era llegar a Bucaramanga, pero el peso de la bicicleta y lo inclinado de la vía se lo impidieron.

«Tenía ganas de venir hasta Colombia en bicicleta. Ya lo he hecho por otros estados del país», dijo el aficionado al ciclismo.

El quincuagenario reiteró que su viaje fue una especie de meta, de aventura, que no pudo prolongar por el factor dinero. «Me vine solo, sin acompañantes, con Dios, nada más», mientras advirtió que lo que llevaba en su vehículo de dos ruedas era solo lo indispensable para atender sus necesidades.

Entre las pertenencias que cargaba consigo, destacaba un fogón donde preparaba la comida. «Para el hospedaje no me compliqué, me quedaba en las cercanías de los peajes o alcabalas”.

Orgulloso de su tricolor

El amarillo, azul y rojo, con las ocho estrellas, ondeaba en la parte de atrás de su bicicleta, donde exhibía el pabellón nacional. «También en mi tapaboca está estampada la bandera de Venezuela”.

«La frontera se está desperdiciando, está sola –refiere- no hay casi movimiento», percibió el ciudadano durante su corta estadía en la zona. «Ser venezolano es una emoción muy grande».

Durante el recorrido, Jesús Durán vio a varios caminantes, tanto de retorno como de salida. «Nunca he migrado. La situación en mi estado es igual que en el resto del país», soltó a modo de colofón.

El caballero va de retorno a Cojedes. Espera demorar otros siete días, o un poco más, para dormir en casa, con lo suyos.

NAM/Con información de La Nación