Llegó el cuarto mes del año y el inicio del segundo trimestre y los precios de los alimentos escalan cada vez más. Los ciudadanos hacen peripecias para poder comprar comida debido a los altos costos, la falta de dinero en efectivo, la inflación y los salarios insuficientes.
El pago bajo cualquier modalidad así sea por punto de venta, transferencia o efectivo a la gente se le hace cuesta arriba poder adquirir los alimentos.
La yuca y el plátano siguen siendo el plato principal y el centro de la mesa por ser más accesibles. Sin embargo, las personas luchan por conseguir un poco de efectivo y comprar alimentos menos costosos en el centro de la ciudad.
Un kilo de arroz en el centro tiene un precio de 90 mil bolívares en efectivo, un kilo de harina precocida 100 mil bolívares, un kilo de pasta 130 mil bolívares, mientras que por punto de venta es el doble e incluso en algunos comercios el triple del costo o más.
La proteína es es el gran ausente en los almuerzos de los marabinos. Un kilo de carne alcanza los 700 mil bolívares y el pollo pasa los 400 mil bolívares. Además un kilo de queso semiduro tiene un importe de un millón 800 mil bolívares.
Las personas se bandean entre la pensión del abuelo o abuela que la cobran en parte en efectivo, entre lo que puedan vender en su casa (desde ropa a aceite detallado) y los que aún «raspan» pasan la tarjeta por el punto a cambio de un porcentaje.
Lo cierto es que para los ciudadanos la situación económica continúa igual y cada vez más grave, pues recalcan que pese a que el venezolano se adapta a todas las circunstancias, el día a día es muy duro enfrentarlo con el precio tan alto que sufren los alimentos a diario.
NAM
Aylen Bucobo: Entrevista y Redacción
José Valbuena: Foto y Vídeo