El dirigente opositor Leopoldo López huyo de Venezuela, donde la Justicia le considera un prófugo, con ayuda de la esposa del diplomático español Jesús Silva, quien fue embajador en Caracas entre marzo de 2017 y noviembre de 2020.
La revelación se desprende del libro «Nos quieren muertos», del escritor español Javier Moro, y que recientemente llegó a las librerías.
Según el relato, Sara de la Lastra Bécker, esposa de Silva, sacó a Leopoldo de la embajada de España en Caracas, en la que el opositor había entrado en calidad de «huésped» el 30 de abril de 2019 -tras escapar de prisión domiciliaria y liderar un movimiento en el que llamó a la Fuerza Armada a la insurrección contra el gobernante Nicolás Maduro-, en la maleta de un vehículo.
Esta jugada permitió al dirigente de Voluntad Popular dejar la exclusiva zona del Country Club y trasladarse hasta el barrio de Los Palos Grandes, desde donde continuó en movimiento hasta salir del país y aterrizar en Madrid, donde ahora reside.
«Leopoldo salió del país con documentación falsa. Su nombre falso sería Eduardo Galleti, C.I: 13.833.928», reseñó la firma Polianalítica, citando al libro de Moro.
Por su parte, Jesús Silva siempre negó estar involucrado en el escape de López.
“Mientras yo he sido embajador aquí, no se han cometido actos ilícitos o ilegales en la Embajada”, dijo al diplomático al dejar el cargo.
El activismo de Leopoldo desde Madrid
López ha continuado desde Madrid sus críticas al Gobierno de Nicolás Maduro, al que acusa por casi todos los males de Venezuela, al tiempo que se ha mostrado a favor del régimen de sanciones económicas contra el país caribeño.
El chavismo, que gobierna desde 1999, dice, a su vez, que son estas sanciones las causas de los problemas de Venezuela, el país con el peor desempeño económico en la región latinoamericana.
El relato de Moro en el libro
“El 26 de octubre de 2020, después de un año en la embajada, Leopoldo salió escondido en el maletero de un coche, el utilitario de Sara, la mujer del embajador, conducido por ella misma. Saludó a los guardias con su sonrisa luminosa y la dejaron pasar sin problema. El coche efectuó un corto recorrido hasta llegar a Los Palos Grandes, donde dejó a su peculiar pasajero en la calle junto a otro automóvil”.
“En el interior le esperaban Alberto y dos compañeros, con la documentación falsa preparada. Leopoldo pasaba a ser Eduardo Galleti, cédula de identidad 13833928, nacido el 19 de agosto de 1982, abogado y casado. Era clave poder responder con la mayor precisión posible; no bastaba con dar el nombre, había que saberse la fecha de nacimiento, el número de cédula, la profesión, el nombre del padre, el de la madre, el número de hermanos, o sea, todo lo que uno debía saber en caso de toparse con un policía inquisitivo”.
NAM/Al Navío
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