La última estrategia del gobierno de Nicolás Maduro para imponer el uso del petro en Venezuela, justo en medio de un contexto de fuerte crisis económica y social, es la decisión de autorizar y convertir todos los pagos de servicios públicos y trámites en organismos del Estado de bolívares a petros.
Y es que el economista Luis Oliveros, miembro de la firma Ecoanalítica, aseguró que no existe confianza en ninguno de los actores económicos del país en el petro, pues los venezolanos prefieren incluso tener bolívares a pesar de que la moneda nacional está destruida por la inflación y prácticamente convertida en una moneda que poco a poco queda en desuso.
“No es la primera vez que el gobierno nos amenaza con que tenemos que utilizar el Petro para hacer pagos. El Petro está desprestigiado, la gente prefiere tener bolívares antes de tener Petros”, explicó Oliveros en una entrevista al medio digital Sumarium.
De esta forma, el chavismo busca instalar una economía híbrida cerrada, es decir, un sistema monetario controlado con mayor fuerza por el BCV y el Gobierno inyectándole una liquidez monetaria mixta entre bolívares y petros. A medida que el BCV siga emitiendo petros, el Gobierno va a condicionar el consumo de la población, las transacciones y podría indirectamente aumentar la desigualdad entre la población que tiene acceso a dólares y los que ahora solo tendrán acceso a bolívares y petros, dado que la desconfianza en esa criptomoneda artificial presiona al alza el precio del dólar y por consiguiente la devaluación del bolívar frente a la divisa estadounidense.
El petro genera desconfianza en los agentes económicos (profesionales, empresas, comerciantes, trabajadores, inversionistas) del país debido a que es un algoritmo emitido bajo la forma de un signo monetario, mas no una criptomoneda, pues no cumple con las funciones básicas de pago, ahorro y convertibilidad de toda moneda debido a que no posee mercado, demanda ni credibilidad en Venezuela y en las bolsas de valores mundiales que cotizan criptomonedas sólidas, como el Bitcoin, que es la más popular.
Según el analista financiero José Ignacio Guarino, el petro es un instrumento de pago utilizado en diciembre mediante imposición del dobierno de Maduro como estrategia para inducir consumo, pero no es un instrumento de inversión. Desde su lanzamiento en 2018, esa moneda artificial está sancionada por Estados Unidos en todo el sistema financiero global debido a que tiene su origen en la emisión y administración de un gobierno sujeto a sanciones financieras por parte de Washington bajo delitos de corrupción, lavado de dinero y lesa humanidad en Venezuela.
Ricardo Serrano
