Este año 2022, el ciclo lluvioso en Venezuela y particularmente en el Zulia ha sido verdaderamente atípico. Con ese calificativo no pudo acertar más el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMEH) en relación con la presencia de nuevos esquemas en el ciclo lluvioso a consecuencia de fenómenos naturales causados, entre otras cosas por el cambio climático. Ya no llueve como antes, ahora es peor, llueve más, con mayor intensidad y con mayor impacto.
NAM realizó un recorrido por Maracaibo para mostrarles los principales sitios de riesgo donde, inclusive, habitan personas. Profundizamos en el abordaje de este nuevo esquema al cual estamos entrando como ciudad lluviosa y a la necesidad de construir una nueva cultura de riesgo en unos habitantes acostumbrados a que no llueva.
Es importante entender que, este ciclo de ondas tropicales y de precipitaciones atípico que se ha presentado este año, es consecuencia del cambio climático y la nueva trayectoria que establecen ahora los eventos ciclónicos asociados al fenómeno La Niña con períodos lluviosos más largos y más intensos y la urgente revisión de las construcciones residenciales y comerciales en lugares potencialmente riesgosos.
Las cañadas de Maracaibo
Según datos del Cuerpo de Bomberos de Maracaibo, El sistema de drenaje natural que recoge las aguas de lluvia y las conduce hacia el Lago de Maracaibo está integrado por 12 principales cañadas:
- La Arreaga
- El Potente
- Santo Domingo
- Cacaíto
- Morillo
- O’Leary
- Zulia
- San Martín
- Cotorrera
- Zapara
- Caribe I y II
- La Fénix
Todas ellas descritas de sur a norte y sus respectivos 64 ramales distribuidos por toda la ciudad.
Asentamientos de alto riesgo
Esta misma casa padeció una inundación descomunal hace unos años, por la ventana que se ve abierta salía la cascada de agua. La casa está situada en plena cañada, a pasos de la E/S Cosmopólita.
En el caso de Maracaibo las invasiones en terrenos cercanos a cañadas han provocado que estas se usen como vertederos de desechos sólidos y descarga de aguas servidas.
En la calle 85 Falcón, justo diagonal al Liceo José Ramón Yépez, está este asentamiento urbano en plena cañada. Tiene años allí y, aunque la cañada está bastante limpia, es un lugar de altísimo riesgo
Esto genera efectos contaminantes, retardo y obstrucción de las correntías que desembocan en el lago de Maracaibo, que a su vez originan efectos negativos para el ecosistema del estuario.
Esta es una imagen del sector Arismendi, Cañada Morillo, de los principales y más grandes afluentes de la región. No solo están mal situados allí los habitantes, sino que arrojando basura empeora su situación.
En un reportaje publicado hace un año, Grisel Mercadante, fundadora de la ONG El Zulia Recicla, detalló que tres afluentes del tramo oeste de la cañada Morillo, de al menos 10 kilómetros, están habitados por 3.500 familias aproximadamente.
Una de las viviendas de Arismendi, literalmente levantada en pleno caño. Cada vez que llueve con intensidad se inunda.
“Esta cantidad de personas podría generar alrededor de 13 toneladas de desechos al día, y la cantidad de vertido en las cañadas depende de la calidad del servicio de recolección en términos de frecuencia”.
Un paso adelante
No sería justo no reconocer que la Alcaldía de Maracaibo, en la gestión de Rafael Ramírez estuvo un paso adelante y ejecutó un plan intensivo de limpieza de cañadas y ramales para, precisamente, evitar los colapsos en tiempos de lluvia.
Nótese el tamaño, lo hondo de esta cañada y lo fuerte que puede llegar a ser la corriente que arrasó con el bahareque que la separa del asentamiento urbano. Esta es la Zapara, otra de las grandes cañadas de Maracaibo
Del mismo modo, la Alcaldía y sus institutos autónomos: Instituto Municipal de Ambiente (IMA) e Instituto Municipal de Aseo Urbano (IMAU) han desplegado una profunda campaña con las comunidades aledañas a los caños para evitar convertir estos espacios en vertederos de desechos y los resultados son muy positivos, porque, en comparación con otros años, no ha habido colapso, pese a que, este año, la caída de metros cúbicos de agua sobre Maracaibo y en general sobre todo el país ha cuadruplicado al del año pasado.
La Alcaldía de Maracaibo salió un paso adelante con la limpieza de cañadas y eso ha evitado que ocurriese una tragedia con la cantidad de agua que ha venido cayendo, pero, la población debe hacer lo suyo en cuanto al arrojo de basura.
Sobre las cañadas y su embaulamiento
“La cañada o quebrada es un curso de agua permanente o estacional que surge por la correntía de agua de lluvia de toda la superficie del territorio; esa superficie se conoce como cuenca y viene dada por la forma del relieve”.
Otro de los grandes afluentes es el que atraviesa el Barrio Bolívar que conecta igualmente con El Varillal. Aquí se desbordó la inconsciencia al consolidar un urbanismo y hacer de la cañada una calle. Nótese además un nuevo urbanismo justo al lado del afluente.
La explicación corresponde al docente y experto en Planificación Urbana, Ricardo Cuberos, quien esboza una crítica al tema del embaulamiento de las cañadas naturales, porque, considera que lejos de resolver el problema del colapso de corrientes de agua, lo agrava.
En barrio Bolívar, esta cañada es afluente y calle al mismo tiempo. Una total desgracia en materia de urbanismo.
“Las cañadas que tienen un cauce en un suelo natural permiten que el agua se infiltre, pero cuando se embaúla, el agua no se filtra, sino que escurre con rapidez y eso provoca que corra hacia las partes bajas, es una de las causas de inundación”.
De plano haber construido los edificios de El Varillal en medio de una cañada tan enorme, ya constituye algo absurdo, pero, además, el problema se agravó cuando taparon el sistema de drenaje con las obras del Metro de Maracaibo.
“Las cañadas que tienen un cauce en un suelo natural –añade Cuberos- permiten que el agua se infiltre, pero cuando se embaúla, el agua no se filtra, sino que escurre con rapidez y eso provoca que corra hacia las partes bajas, es una de las causas de inundación”.
¡Cambiemos ya! Es urgente modificar la conducta
Si la comunidad no crea consciencia y hace su labor de no arrojar desechos en las cañadas, el trabajo que hacen las instituciones es trabajo y recursos perdidos. Hagamos como comunidad nuestra labor de preservar los espacios.
La reflexión que hace el profesor Cuberos sobre la conducta de los marabinos en relación con la basura debe cambiar urgentemente y en ello debe ayudar la municipalidad.
“Es una conducta irresponsable cuando se piensa que tengo que alejar la basura lo más lejos de mí sin importar adónde vaya, eso es problema de otro. Ahí hay un problema de conciencia y educación, y el Gobierno debería penalizar estas acciones”.
La reflexión la expresa por cuanto la conducta que se está reprochando es el aprovechar las corrientes de agua para deshacerse de su basura y eso, sin pretender justificarlo, se debe en gran medida a los años que tienen los maracaiberos sin un servicio eficiente de recolección de desechos sólidos.
“Las recomendaciones para la población en general son evitar el uso de las cañadas como vertederos, aprender a hacer una correcta disposición de los desechos, que incluye el reciclaje, entendiendo que la separación de los residuos es fundamental para comenzar a generar un cambio”.
Cambio climático reclama cultura de riesgo
Instituciones como el Cuerpo de Bomberos y Protección Civil son clave en el proceso de cambio conductual que urge desarrollar en Maracaibo y en todas las ciudades del país, fundamentalmente aquellas donde, este año, sus habitantes han recibido los fuertes embates del ciclo lluvioso.
El profesor y biólogo Enrique Gutiérrez menciona varios elementos clave a considerar en los cambios climáticos que “sorprenden” a muchos, principalmente en una ciudad “donde llueve muy poco” como Maracaibo y la inexplicable cantidad de lluvia que ha venido cayendo en estos últimos años.
“Sin duda el cambio climático está mostrando su verdad. Hasta hace nada, era un tema que poca importancia representaba en la sociedad, principalmente en aquellas ciudades acostumbradas a que no les pasa nada, ciudades benditas donde no hay volcanes, no hay tormentas ni desborde de ríos ni derrumbes ni deslaves ni temblores ni lluvias constantes ni incendios ni nevados ni tornados, es decir una ciudad como Maracaibo, que ahora ve como comienza a ser afectada por los ciclos lluviosos”.
Profundizando en el cambio climático
El portal web Mar&Gerencia explica a profundidad el tema del cambio climático y su incidencia en las regiones del país
“Normalmente el clima tiene una variabilidad natural en la que se producen eventos extremos tales como lluvias copiosas, sequías y olas de calor que afectan a las regiones más vulnerables del país, que son, por ejemplo, regiones donde ha ocurrido un desarrollo urbano anárquico en áreas riesgosas, o desarrollos agrícolas en tierras no aptas”.
El cambio climático está afectando la variabilidad natural del clima haciendo que se produzcan eventos extremos cada vez más frecuentes y más intensos, y en consecuencia ello hace que se incrementen las pérdidas de vidas humanas y los daños a la propiedad.
“Los eventos hidro-climáticos –refiere el reportaje- se han incrementado en Venezuela en la última década, y existe la amenaza que en la medida que se acentúe el calentamiento global las pérdidas sean aún mayores, a menos que se adopten medidas para reducir las consecuencias de los eventos, es decir, que se diseñen y establezcan planes de adaptación a las nuevas condiciones del clima.
Tarea de los medios y del Gobierno
Pareciera que el ciudadano venezolano está aún muy ajeno a esta situación, debido a que no ha habido en el país suficiente difusión de información fidedigna acerca de cómo se está materializando el cambio climático en nuestro país. Muchos venezolanos desconocen que esta situación es una amenaza que se traduce en pérdida de vidas humanas, e impactos sociales y económicos significativos y ya lo hemos vivido con las tragedias de Las Tejerías, El Castaño, La Vega, Altos Mirandinos, estados Sucre, Monagas, estado Zulia en Sur del Lago, estados andinos como Táchira y Mérida, Anzoátegui, todos han vivido momentos de tragedia en esta temporada lluviosa y es hora de despertar.
Hay que considerar reubicaciones
El biólogo Enrique Gutiérrez coincide con M&G y enfatiza en que “cada uno de los habitantes de este país debe estar informado acerca de los riesgos que corremos, tener conciencia para luego poder actuar en consecuencia”.
Otra toma más cercana del asentamiento urbano del barrio Simón Bolívar en pleno caño.
Gutiérrez precisa que “en Venezuela, debido al problema de la escasez de vivienda y al fenómeno de migración desordenada del campo a las ciudades, encontramos numerosas viviendas improvisadas asentadas en terrenos inestables, muy susceptibles a los deslizamientos, y viviendas en terrenos inundables, es un fenómeno que desde los 50 se viene produciendo y no ha hecho sino aumentar”.
Para los pelos observar esa casa de familia dentro de la cañada que atraviesa la calle 85 Falcón, justo al lado del liceo Yépez. Las autoridades no debieron permitirlo. Esas familias deben ser reubicadas.
“Esas personas –sugiere- deben saber los riesgos que corren, de manera tal que, al momento de la emergencia, cuando las autoridades, los bomberos, les piden que desalojen, es por su propia seguridad y deben acceder a hacerlo. Esas personas deben ser reubicadas, para lo cual los más pobres requieren de la ayuda del Estado, pero también deben poner de su parte”.
Este es otro barrio consolidado al lado de una cañada tan fuerte como la que atraviesa Sabaneta, El Varillal, Circunvalación 2 hasta barrio Bolívar. Deben ser reubicados, eso no es lugar para construcción residencial.
En escuelas, comunidades, universidades…
Los bomberos haciendo su parte. Imparten una conferencia sobre riesgos en un colegio. Seguid el ejemplo…
Finalmente, urge comenzar a construir una nueva cultura de riesgo basada en las normativas existentes en materia de constitución y consolidación de asentamientos urbanos, zonas residenciales y comerciales tomando en cuenta que el cambio climático ya es un hecho y que nuestras ciudades son susceptibles a nuevos ciclos climáticos que pueden afectar de manera fatal la vida humana si no se actúa en serio, construyendo esa nueva cultura de riesgo en la sociedad.
El Imau exhortando a la población en una asamblea de vecinos en relación con la disposición de los desechos
Ha sido el objeto de este reportaje, generar consciencia de que este tema hay que trabajarlo a fondo con el concurso de todas las instituciones; las del Estado, las de la región, las del municipio y las instituciones educativas, las iglesias, las organizaciones no gubernamentales, los colegios, liceos, tecnológicos, universidades en coordinación con la gente que sabe de estos temas: Inameh, Bomberos, Protección Civil, Gestión de Riesgos para estar preparados y asumir una conducta asertiva en cuanto a asumir las consecuencias y transformaciones devenidas del cambio climático.
El inagotable trabajo de Protección Civil; Proteger y orientar, escuchémoslo
El Cuerpo de Bomberos ha hecho su parte y la sigue haciendo, solo que hay que intensificarlo y no es solo tarea de los bomberos, es que debe partir de los colegios, liceos, universidades, que son los primeros espacios de formación del ser humano y luego, en comunidades, parroquias, residenciales, barrios, urbanizaciones, asentamientos a través de asambleas, conversatorios, talleres, foros, conferencias, simulacros, proyecciones de documentales, entrega de material visual, acompañamiento técnico e investigativo, social e inclusive cultural.
NAM/Ernesto Ríos Blanco/Fotos: Ernesto Ríos Blanco/Cortesía
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