viernes 29 de marzo de 2024

¡ZULIA HISTÓRICA EN NAM! ¿Sabías que Rubén ‘El Campanero’ sacaba melodías de las campanas de la Basílica con los pies?

Era alto, moreno y gordo. Los marabinos de la época lo llamaban ‘El Negro Rubén’. Se le recuerda como el único capaz de tocar el himno a la Virgen y el Ave María desde la torre de San Juan de Dios. Hacía sonar el campanario hasta con los pies. Zulia Histórica en NAM presenta a Rubén ‘El Campanero’ de la Basílica.

Todos los días, antes de salir el sol, hacía crujir las escalinatas de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y Templo a San Juan de Dios en su camino hacia las cinco campanas de la torre, desde donde veía toda la ciudad mientras bamboleaba las piezas de bronce, compañeras suyas durante 50 años.

“Tengo el puesto más alto de Maracaibo y soy quien gana menos” expresaba Rubén Aguirre (que no es el profesor Jirafales del Chavo del 8) en tono de queja al referirse a la trascendente labor que desempeñaba y lo poco que era valorada.

“Fue el eterno campanero de la iglesia de San Juan de Dios. Desempeñó ese oficio durante 50 años ininterrumpidos” refrenda el historiador Orlando Arrieta.

Testimonios

Una maracaibera de 89 años de nombre Albertina de Abreu, con más de 70 de sus 89 años oyendo misa en la Basílica ofreció relevantes datos sobre Rubén ‘El Campanero’.

“Recuerdo a Rubén como un hombre sencillo, amable y con un oído especial para repicar. Nadie le enseñó, aprendió desde muchacho y duró en el oficio hasta su muerte”.

“Siempre que iba a la Basílica –prosigue Albertina- me guiaba por sus repiques. Los domingos hacía tres toques antes de iniciar misa. Como vivía cerca, arrancaba a caminar durante el segundo toque, ya yo sabía que ese era el momento preciso para trasladarme hasta la iglesia, ese segundo toque ya era la señal de que en minutos comenzaría la misa”.

Aguirre, quien trabajó en la Basílica desde 1921, no solo contoneaba los péndulos en la torre, se encargaba, asimismo, de encender los fuegos artificiales durante la festividad. Un día de La Chinita le estalló una recámara de esas en la pierna, la quemadura nunca le sanó y falleció de una infección.

Se perdió el canto

“Cuentan, que con su pierna vendada y con mucho dolor, subía al campanario a las 6.00 de la mañana, a las12.00 del mediodía y a las 6.00 de la tarde como acostumbró siempre”, recuerda Jorge Rouvier, sacristán de la Basílica.

En el libro ‘Historia de la Virgen de Chiquinquirá’ del Hermano Nectario María, se describe como el músico del campanario primario del Zulia. Escuchaba los repiques y cuando cayó en cama no pudo seguir tocando.

Después de Rubén, nadie supo cómo sacar de las cuatro campanas menores y de la campana mayor las melodiosas notas del Himno a la Chiquinquirá y el Ave María; el Ángelus y otros cantos que, con sobrada maestría, Rubén sacaba de su destreza con las campanas.

“El campanero inició a muchos sacristanes y allegados a la Basílica en este arte, pero nadie pudo tocar como él, las campanas eran suyas”.

En él destacaba el amor por la Virgen. Antes de las fiestas patronales siempre salía con un enorme farol o banderas y en la procesión del 18 de noviembre, se quedaba en la torre tocando las campanas hasta que la Virgen se alejara como unos 200 metros. Entonces, bajaba corriendo y acompañaba a la feligresía hasta que faltaran unos 200 metros para el retorno, se volvía otra vez en carrera, subía a la torre y hacía cantar las campanas.

Siesta en el campanario

En su libro ‘De Sutherland a Rubén el campanero’ el cronista Alí Brett suma otros datos sobre Aguirre: “Acostumbraba a dormir la siesta en el campanario para no faltar a sus obligaciones”.

“Convirtió ese oficio en un arte a medida que pasaban los años. Se amarraba el cabestro al dedo gordo del pie y al escuchar la hora en el reloj de la iglesia, empezaba a mover las campanas con tanta maestría que parecía que lo estuviese haciendo con las manos”.

Los Repiques

  • Las campanas de la iglesia a la Chiquinquirá y San Juan de Dios llegaron desde Italia en 1921. En los años 70 se les dio unos retoques de pintura y de escultura.
  • En 1990, se cayó el péndulo del glon o campana mayor que pesa más de 10 kilos
  • El sistema funciona perfectamente, pero se encuentra prácticamente en desuso. Ahora un mecanismo computarizado se encarga de los repiques tradicionales
  • El primer toque de campanas del día se acostumbraba entre 6.00 y 7.00 de la mañana que es cuando anuncian la apertura del templo a los feligreses.
  • Los días domingo, avisa con varios repiques el inicio de la misa a las 8.00 de la mañana.
  • El siguiente toque se efectúa a las 12.00 del mediodía. En algunos campanarios se ha sustituido el repique de campanas por el sonido de un reloj computarizado.
  • A las 6.00 de la tarde, se escucha el repique que anuncia el inicio de la última misa del día.

Rubén ‘El Campanero’ es de esos personajes que marcaron huella, que hicieron historia y que tal vez en vida jamás se le reconoció, pero que incidió en la existencia de miles de feligreses que con sus repiques se guiaban y se extasiaban. A Rubén lo querían y lo admiraban, era de esas personas que se enamoran de su oficio hasta la muerte.

NAM/Viejo Zulia/Raúl Semprún/María A. Castillo

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