El bolívar está en proceso de desmonetización y continuo desuso por la fuerza con la cual la dolarización se ha impuesto en todos los niveles de la economía venezolana.
Aunque progresivamente se observa como la moneda nacional queda desplazada en cuanto a su proporción de liquidez total sobre la masa monetaria (solo circula en bolívares el equivalente a 800 millones de dólares frente a un total de $2.500 millones en efectivo), el gobierno de Nicolás Maduro insiste en el uso de ese signo monetario devaluado y prácticamente artificial a pesar de la aguda hiperinflación y desigualdad social que aqueja al país.
Y es que el gobierno venezolano ha recurrido a una impresora de dinero de propiedad estatal en Rusia para comprar 300 millones de billetes nuevos en bolívares. Las notas llevarán denominaciones que van desde 10,000 ( $ 0.14 ) a 50,000 bolívares ( $ 0.68 ), según una copia del contrato entre Goznak, como se llama a la impresora, y el banco central de Venezuela firmó en noviembre, reportó este martes la agencia estadounidense Bloomberg News.
Esto implica que, ante la falta de capacidad logística y recursos propios para imprimir los bolívares de la nación en la Casa de la Moneda, sede de la emisión de la moneda venezolana en Caracas, y en vista de la imposibilidad de remitir la emisión de un nuevo lote de papel moneda en Ucrania como lo hizo hace tres años, el gobierno de Maduro echa mano de sus convenios con Rusia y vuelve a necesitar su ayuda, casi vital, para imprimir 300 millones de piezas de diferentes denominaciones en bolívares.
La expansión de la inflación en el primer mes del año, a pesar de la relativa estabilidad del tipo de cambio bolívar-dólar, debilitó la moneda hasta pulverizar su valor en un 95% en 2019 y un 25% en lo que va de 2020.
Y aunque se impriman nuevos billetes de Bs. 10.000, 20.000 y 50.000, esas denominaciones ya quedaron rezagadas frente a la devaluación e hiperinflación, lo que obligaría al Gobierno a crear nuevos billetes o un nuevo cono monetario para mitigar la creciente escasez de efectivo en un país que ya no usa su moneda propia en las transacciones diarias, sino que el 70% de ellas se realizan en dólares.
Un funcionario de prensa de Goznak declinó hacer comentarios sobre el pedido de 6,8 millones de euros ( $ 7,4 millones ). Las solicitudes enviadas a la oficina de prensa del Banco Bentral de Venezuela quedaron sin respuesta, remarcó Bloomberg.
Esos 7,4 millones de dólares en pedido de impresión de billetes equivalen a 300 millones piezas con un valor total de Bs. 547.500.000.000 (547 billones 500 millardos de bolívares) que podrían entrar próximamente al país, lo cual presionaría al alza la inflación, registrada en 60% en enero, según la Asamblea Nacional.
En total, el efectivo tendrá un valor de $ 143 millones , una pequeña suma en lo que respecta a las nuevas compras de facturas, pero también una cantidad que equivale a aproximadamente una quinta parte del dinero en circulación del país, hechos que atestiguan cómo años de hiperinflación destruyeron la moneda. valor y empobreció a millones de venezolanos en el proceso.
De acuerdo con el informe de la agencia, en el pasado, el Gobierno ha luchado para cumplir con sus obligaciones con los proveedores de facturas. El año pasado, De La Rue, uno de los fabricantes de billetes de banco más grandes del mundo, informó un golpe de casi $ 23 millones debido a deudas pendientes con Venezuela.
El gobierno de Nicolás Maduro acumula así una deuda que podría llegar a los 30 millones de dólares en facturas pendientes con esas dos compañías de impresión de papel moneda.
Según su sitio web , Goznak puede producir hasta 11.000 toneladas de billetes al año. También imprime pasaportes y sellos.
Ricardo Serrano
