sábado 20 de abril de 2024

¿VOLVERÁ A BRILLAR SU LUZ? La Universidad del Zulia se apaga entre la indolencia y la pandemia (Fotos)

Robos, monte, culebras, destrozos, maleantes asechando entre la soledad, el sucio y polvo de las instalaciones de la Universidad del Zulia (LUZ), revelan un escenario desolador y agreste, donde sus aulas sin alumnos y su infraestructura con años de historia, poco a poco se desmoronan a la espera de que, algún día, las hagan volver a resplandecer.

La falta de mantenimiento ha ocasionado que los espacios de las facultades y sus alrededores se vuelvan cada vez más inseguros para la comunidad universitaria. Muchos han sido los afectados por estas condiciones de abandono, que con la deserción de profesores, estudiantes e incluso obreros, esta Alma Mater queda totalmente desguarnecida, y sometida al olvido, a los robos y a los daños estructurales.

Por si fuera poco, la pandemia del COVID-19 obligó al cierre de sus instalaciones, cesando así su funcionamiento. Pero de ello, ya ha transcurrido más de un año y ya la LUZ se venía apagando por otros motivos. La misma crisis que arropa a Venezuela, arropa en mala hora a sus universidades.

Promesas incumplidas

“Vamos a rescatar la gloriosa Universidad del Zulia. Vamos a colocar LUZ al servicio de los zulianos y zulianas, lo vamos a lograr. La Universidad necesita del apoyo incondicional de quien ha impulsado un proceso de inclusión que es la revolución bolivariana y por eso su presencia profesor (Clotilde Navarro, designado como vicerrector administrativo) en nuestra casa, la Universidad del Zulia.”

Fueron las palabras del gobernador del Zulia, Omar Prieto, en una transmisión por Coquivacoa TV, presentando su Informe de Gestión 2019 «Zulia Mía».

En lo sucesivo, LUZ sigue sin agua, implementos para el mantenimiento ni personal que haga el trabajo, la Universidad del Zulia está arropada por el polvo, la maleza y los delincuentes que ya han saqueado los espacios y amenazan con hacerlos suyos.

Rutas estudiantiles y comedores abandonados, buses arrumados acumulando oxido y terrenos desolados, son los escenarios servibles para películas de terror o para un documental de un pueblo en ruinas.

Las aulas, que han sido espacios de muchos de los hoy profesionales, solo albergan sucio y alimañas, como madre abandonada que después de haber formado a sus hijos, le han dado la espalda.

Indolencia colectiva

“La tarea del educador moderno no es talar selvas, sino regar desiertos” un pensamiento de C.S. Lewis, autor de las Crónicas de Narnia, perfectamente adaptable a lo que hoy es LUZ. Una LUZ oscura, una LUZ que no brilla.

Indolencia e indiferencia por parte de autoridades gubernamentales, estadales, académicas, estudiantiles e incluso ciudadanos, profesionales que se formaron en estos espacios, ahora con la pandemia como nuevo obstáculo han llevado al descuido de su infraestructura.

El futuro de un país se construye en conjunto, tanto con el apoyo del Gobierno como de los ciudadanos. No se puede progresar en una nación donde se es indiferente a la educación, donde ya no existen condiciones para preparar profesionales, ni se está dispuesto a invertir en recursos necesarios para desarrollo adecuado y de calidad en el aprendizaje en todos los niveles académicos.

Trabajar sin beneficios

Al igual que Venezuela, la cual atraviesa una crisis sociopolítica, humanitaria y económica, la Universidad del Zulia ha luchado contra los tentáculos de esa misma crisis, puesto que el sueldo de un profesor universitario no alcanza para cubrir sus necesidades básicas y ni hablar de esa escala salarial hacia abajo; personal administrativo, empleados y obreros.

“Los docentes de la Universidad del Zulia perdimos en dos meses 55% de los ingresos.  Hoy un profesor titular a dedicación exclusiva con título de doctor recibe una limosna de menos de cuatro dólares mensuales.  A esto no se llama sueldo. Somos población vulnerable”, denunció  la Asociación de Profesores de la Universidad del Zulia (APUZ).

Con una historia de 130 años desde su fundación el 11 de septiembre de 1891, un cierre el 05 de octubre de 1904 y su reapertura el 01 de octubre de 1946, la Universidad del Zulia, aún vigente, experimenta un nuevo cierre «técnico» «obligatorio» «pandémico» y principalmente un cierre por indiferencia en todos los niveles.

Edward Everett (1794-1865), ex gobernador de Massachusetts (Estados Unidos), dijo “La educación es una mejor salvaguardia de la libertad que un ejército permanente.”

Los estudiantes siempre han sido el futuro de una nación, la implantación de nuevos ideales no puede convertirse en elemento para la destrucción, sino una suma para el aporte. Ante gobiernos e instituciones corruptas, el espíritu de rebeldía estudiantil debe despertar. El estudiante debe volver a conectarse con sus espacios de lucha, con sus espacios de formación y a partir de ahí, en el momento en que la vida estudiantil regrese, la LUZ volverá a brillar como en otrora.

NAM/Nairiliz Quintero Andara/Pasante