NAM sigue resteado con la comunidad y esta vez fueron vecinos de la urbanización San Rafael, al noroeste de Maracaibo los que exigen respuestas al SAGAS.
En la calle principal (98) penúltima cuadra, toda el ala a mano izquierda, sentido hacia la Circunvalación 3 está sin gas. Tienen un mes haciendo magia para poder cocinar, hervir y hornear.
Una de las más afectadas es Nelly de González, pues sus hijas tienen cada una dos niñitas pequeñas a las cuales debe hacerles tetero y hervir agua, a parte del uso normal del gas en una vivienda.
El problema en San Rafael, parroquia Francisco Bustamante, es que han trabajado «por retazos» refiere un vecino: «Entonces, vienen, soplan en una casa, se le va el gas a la otra y así».
No dura
De acuerdo con los líderes de cuadra de la urbanización, San Rafael está incluida en la lista de un conjunto de obras que tiene previsto ejecutar el SAGAS para masificar y mejorar el servicio del gas.
¿Pero pa’ cuándo? se preguntan los habitantes, quienes son los que más sufren las incomodidades de tener que cocinar a la parrilla, a leña o tener que salir a comer a la calle habiendo cuarentena.
En 2018, una cuadrilla del SAGAS trabajó precisamente en el área afectada: «Fue una bendición, señaló Cecilia Montero, porque por primera vez después de años sin gas, lo tuvimos y con fuerza».
Pero paulatinamente, este se fue apagando y apagando, la llama se fue debilitando: «Entonces ya no eran las cuatro hornillas, sino dos, y luego una y esa una fue apagándose hasta que murió».
Cecilia agrega que «desde las 10.00 de la mañana tenía que ponerme a cocinar, con una sola hornilla que una vela de cumpleaños reportaba más llama. Para venir a almorzar a la 1.00 de la tarde».
Es una verdadera calamidad. Otra vecina tiene que ir a pie donde un familiar a cocinar allí para entonces traerse la comida hecha a casa para que la familia pueda almorzar y así con las otras comidas.
Otra calamidad
Montero señala que a falta del gas, se ha visto obligada a utilizar bombona: «que es otra calamidad, porque llenar una bombonita de esas de las más pequeñas te cuesta 10 dólares y eso no dura».
Precisó que por una bombona mediana le quitan hasta 18 dólares: «que suenan a poco, pero no es poco, es dinero que uno tiene presupuestado para otras cosas como comida y artículos de higiene».
El llamado es al SAGAS: «Si tienen el proyecto -expone Montero- les suplicamos que vengan, porque la situación es inaguantable».
NAM/Comunidades
