Basta ver en imágenes satelitales al estado Zulia para comprender que somos gente de agua: habitamos una portentosa ciénaga nacida en pleno periodo Neoceno, hace 40 millones de años, cuando una inmensa selva se hundió para dar nacimiento a nuestro portentoso Lago de Maracaibo.
Parte de las infinitas maravillas de esta caja de sorpresas que es el Lago, son las Ciénagas de Juan Manuel, allá, en nuestro querido Sur del Lago. Decretadas Parque Nacional el 7 de septiembre de 1992, las alucinantes Ciénagas de Juan Manuel de Aguas Blancas y Aguas Negras, de 292 mil hectáreas de extensión, son, junto al Parque Nacional Sierra de Perijá, uno de los dos grandes Parques Nacionales del estado Zulia.
Amén de otras áreas protegidas como la Ciénaga de Los Olivitos y los 25 Parques Ecoturísticos creados entre 2013 y 2017 y dejando casi 20 mil hectáreas de territorio protegidas adicionales.
Reconocidas como una de las 26 zonas endémicas más valiosas de Latinoamérica, poseen una rica vegetación de selva de pantanos que da cobijo a 220 especies de aves, 75 mamíferos, 22 especies de reptiles y cerca de 10 tipos de anfibios. Estos humedales actúan como purificadores de las aguas que desembocan en el Lago de Maracaibo. Ecológicamente son muy importantes, porque allí desovan y se crían especies animales juveniles, algunas de las cuales tienen alto valor comercial.
De allí la importancia de su protección, la promoción, defensa de las buenas prácticas ecoturísticas y el cumplimiento de las leyes ambientales que rigen su uso. De estos espacios llenos de fragilidad depende el equilibrio ecológico de un sistema llamado Tierra y su preservación.
El 90% de la Reserva está en condiciones prístinas. La población humana dentro del área se puede estimar en 750 personas. El aprovechamiento forestal es selectivo y sólo se utiliza para la construcción y mantenimiento de los palafitos.
Las especies más vistosas y atractivas de avifauna, por su tamaño y comportamiento, son Anhima cornuta y Chauna chavaria, siendo esta última una especie restringida a las cuencas del lago de Maracaibo y del río Magdalena.
En el área se ha registrado la presencia de especies en peligro de extinción como Trichechus manatus (VU) y Crocodylus acutus (VU) (Urbina 1992).
Cómo pasar por alto la cautivante Laguna de Manatíes, cuyo mayor disfrute se realiza vía lacustre, entre caños poseídos por el canto del marullo y de la espectacular avifauna que allí prospera, dueña y señora de ese paraíso terrenal.
Y para aquel privilegiado que la sobrevuela, es realmente sobrecogedor ver a los monumentales chigüires danzando entre el oleaje cual delfines, felices en su hábitat.
Por eso, Zulia me encanta.
NAM/Mariela Quintero Leal/Desarrollo Turístico Corpozulia
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