Las negociaciones entre el presidente Nicolás Maduro y la oposición venezolana permanecen congeladas un año después de relanzarse en México. Con las sanciones contra Venezuela, las elecciones presidenciales de 2024 y el financiamiento de planes sociales en agenda, ¿es posible el deshielo?
Delegados de Maduro y la oposición han tenido acercamientos en los últimos meses, pero fuentes próximas a las conversaciones dijeron a la AFP que aún no hay consenso para volver a la mesa de diálogo. Los últimos acontecimientos en materia internacional no han mostrado circunscribirse en el marco de las negociaciones planteadas.
El reconocimiento de Inglaterra, Estados Unidos y algunos otros países a Juan Guaidó como «Presidente» y el fallo de la administración del oro venezolano en favor del opositor genera un clima no favorable para que la mesa se vuelva a constituir. En este instante, la oposición se reagrupa y se perfila hacia las elecciones de 2024. Pero, sin pasar por la alcabala del Diálogo, las aspiraciones opositoras no tienen garantía de éxito.
La AFP, con base a lo que sus fuentes les ha revelado en torno a una posible fecha de reinicio de las conversaciones establece un análisis sobre el escenario.
¿Que ofrece la oposición?
«La alternativa democrática está lista para llegar a un acuerdo en materia humanitaria y en materia política», con «el levantamiento progresivo de sanciones» en caso de avances, dijo el viernes el dirigente opositor Juan Guaidó.
El presidente Nicolás Maduro, cuya demanda central ha sido poner fin a las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela, ha buscado contactos directos con la administración de Joe Biden, que envió delegados a Caracas en mayo y junio.
La Casa Blanca ha expresado disposición a revisar sus sanciones, que incluyen un embargo petrolero, en medio de la crisis energética por la invasión rusa a Ucrania.
Chavismo y oposición emprendieron negociaciones en México en agosto de 2021 tras fallidas iniciativas en 2018 en República Dominicana y 2019 en Barbados. El oficialismo las congeló dos meses después por la extradición a Estados Unidos del empresario Alex Saab.
«Si yo fuese el gobierno, me preguntaría: ¿cuál es el sentido de una negociación?», comenta a la AFP el politólogo Ricardo Sucre. La oposición «ni siquiera puede ofrecer revisar las sanciones, porque eso parece estarse discutiendo entre países».
«Los incentivos para que el gobierno se siente a negociar se perdieron», coincide el consultor político Pablo Andrés Quintero.
La escena internacional ha cambiado con el apoyo a la ofensiva de Guaidó diluyéndose.
El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, y Maduro nombraron embajadores y retoman relaciones. Varios países de Latinoamérica viran hacia la izquierda.
Uno de los mayores críticos de Maduro, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, llamó a la «cohabitación» con un esquema de «contrapesos» que comparta poder, pero con la permanencia del mandatario.
«La salida de Maduro transformó a cada negociación en un juego de suma cero que terminaba siendo imposible», escribió Almagro en un artículo. «Una negociación en ese contexto obviamente no puede ser cómo se saca a Maduro, sino cómo sigue. Esto implica cohabitación».
¿Qué ofrece el Gobierno?
«Si fracasa el diálogo, el fracaso va a ir en detrimento de la oposición. ‘El diálogo no sirve para nada, ¿para qué voy a votar?’ (…). Si prospera, va a dar legitimidad a unas elecciones en las que parece improbable que Maduro pierda», sostiene Quintero.
El pasado 17 de mayo los jefes negociadores, Jorge Rodríguez por el gobierno y Gerardo Blyde por la oposición, divulgaron en redes sociales una fotografía dándose la mano y el mensaje: «En reunión de trabajo para planes de futuro. En el rescate del espíritu de México».
Y se reencontraron el 22 de junio en Noruega.
No obstante, la reanudación del diálogo sigue atrasándose. El chavismo, que había condicionado retomar negociaciones a incluir a Saab como delegado, puso una nueva barrera: exige ahora la devolución de un avión de Venezuela retenido en Argentina con una tripulación venezolano-iraní e incautado por pedido de Estados Unidos.
La oposición, mientras, impulsa unas primarias hacia las presidenciales de 2024 y aspira entre otras cosas a anular inhabilitaciones por procesos judiciales contra sus dirigentes.
«Es un proceso necesario, pero tal vez llega tarde», indica Sucre.
Los analistas consultados piensan que podría haber «cesiones» gubernamentales para llevar a la oposición a las votaciones presidenciales, sin poner en riesgo al presidente Maduro.
NAM/AFP
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