Ha transcurrido cuatro años y doña Judith Sanjuan, no supera la pérdida tan trágica y abominable de su pequeña María Gracia, una muchacha inocente, llena de sueños, con unas enormes ganas de superarse para ayudar a su humilde familia y quien, por “creer” y “confiar” encontró la muerte del modo más monstruoso a manos de un par de árabes que, con labia y persuasión la convencieron ofreciéndole un trabajo –de guía turística- que ella necesitaba con urgencia para continuar sus estudios en la Facultad de Artes de LUZ. Revivimos esta historia tan impactante para el Zulia y para todo el país, tras cumplirse hoy, 27 de marzo, cuatro años del espeluznante hallazgo del cuerpo sin vida de la hermosa estudiante.
Si, María Gracia Reyes Sanjuan (18) era hermosa, pero no precisamente por su voluptuosa figura, ni por las operaciones estéticas en su cuerpo que jamás se practicó, sino porque su belleza era natural. Nació bella, punto. Tenía una sonrisa cautivadora y una intensa mirada. Era del tipo de persona que de entrar a un sitio lo iluminaba y su belleza se fortalecía con su personalidad, tímida, cariñosa, dulce, risueña, bromista y muy buena amiga. Eso contaron sus amigos, sus hermanos, su madre, su entorno.
Desgraciadamente, en ella fijó su mirada un monstruo, un depredador que ya tenía en su haber el secuestrar muchachistas para luego crear una especie de harén y prostituirlas, de hecho, estuvo preso denunciado en Ciudad Ojeda de lo mismo y su familia sentía animadversión y repulsión por él, pero desgraciadamente se antojó de María Gracia, porque ella reunía el perfil de sus víctimas: lindas, puras e inocentes.
Pasaron 26 angustiosos días desde aquel 1 de marzo, cuando ella fue vista con vida por última vez en el comedor de LUZ, desde donde se fue al centro a su encuentro con su “empleador”. Desde entonces, María no retornó a casa y esa misma noche cundió el pánico, porque en casa de María ya sabían que algo malo le había ocurrido, María jamás había dejado de ir a su casa, no era muchacha de quedarse con amigas ni de ir a fiestas ni de salir con chicos sin avisar y mucho menos de no llegar a casa.
Meses antes del año trágico
La historia macabra de María Gracia con el árabe comenzó en noviembre del 2017. Metid Salim Yousra, de origen árabe recorría los predios de los centros educativos en busca de presas. Iba mucho al centro, al Instituto Readic UNIR, situado cerca del malecón. Allí llegaba en su carro que simulaba ser taxi, se bajaba, se fumaba un cigarro, caminaba y afinaba su aguda vista, cual felino en asecho, pero, desgraciadamente le dio sed y llegó a una venta de jugos naturales que era nada menos que del hermano de María Gracia y allí, la conoció.
Metid Salim Yousra y María Reyes Sanjuan
Ella había ido ese mes de noviembre a ver a su hermano, cosa que eventualmente hacía, y en esos días coincidió con el árabe, que de inmediato se obsesionó con la estudiante de Artes.
Con su don de “buen hombre” y su mentirosa labia a flor de piel, no solo se hizo amigo del hermano de la víctima, sino que se le presentó a la propia víctima como un “empresario” que podía ofrecerle un buen trabajo con una paga sustanciosa, algo que la chica estaba buscando.
Así, intercambian números y todo queda allí. Pero, en febrero del año 2018 un mensaje de texto le entra al celular de María Gracia, proveniente de Salim. Ella comenta aquel mensaje con su hermana mayor Nathaly Torres y con su mamá, Judith y ambas le recomiendan a María no acudir al llamado de este hombre “algo raro hay en él”.
Tremendo engaño
Cuando Salim se vio por primera vez con María en la venta de jugos, le indicó que tenía un trabajo para que lo hiciera con su hijo Hachem, que le ofrecía buen pago. Ella lo pensaría e intercambiaron números.
Conoció a Hachem, vía telefónica y se intercambiaban mensajes por WhatsApp, todo en son de conocerse, pues, era éste el hijo de quien sería su empleador. Según cuenta su hermana Nathaly Torres, María nunca llegó a nada con Hachem, ni siquiera le había visto en persona, se escribían por mensaje para concertar la terrible cita.
Hachem Salim, quizá con otra de sus víctimas
Luego Metid cambia el argumento del trabajo explicándole a María Gracia que él necesitaba una guía turística para una hijastra que llegaría al país y requería que ésta se adaptara, conociera la ciudad y la ayudara con el lenguaje por una paga muy tentadora. Así fue que convenció a María, total, un trabajo de guía turística o de asesora en este caso de una extranjera no era nada despreciable y ella necesitaba el dinero extra. Por eso accedió a verse con su victimario.
La sabia advertencia que ella ignoró
“No vayas, trabajos buenos vas a conseguir en una empresa, tú no conoces a ese tipo, tú no sabes qué tipo de empresa tiene, ni de dónde viene, o si está haciendo cosas ilegales, mejor no vayas hermana”.
Sin embargo, el árabe insistió e insistió y el día 01 de marzo de 2018, en la mañana, estando María en la universidad, suena el celular y ella contesta. Con tal persuasión, Salim la convence y le dice que la espera en el Centro Comercial Puente Cristal, donde “tiene sus oficinas”.
María les comenta a sus amigos y le plantea a uno de ellos que la acompañase –no quería ir sola- pero, lamentablemente el amigo no pudo ir con ella, así que los acompañó hasta el comedor que está frente a Ciencias y se despidió de ellos partiendo con destino al centro a encontrarse con la muerte en pie.
Los amigos de Reyes se quedaron en el comedor universitario, mientras ella partió camino a la muerte…
De allí, no se supo más nada de la muchacha, se la tragó la tierra, desapareció y comenzó el calvario. Esa mañana –como casi todas- doña Judith Sanjuan, mamá de María, la acompañaba hasta la avenida a tomar el autobús o el carrito por puesto. Doña Judith sabía que María tendría el encuentro con Salim en el centro, María no le ocultaba nada a su mamá.
“Dios te bendiga mija, Dios te ampare y te favorezca, te espero ahora, cuídate” se despide la madre de la hija: “Chamo mami, te quiero”.
Camino al infierno
En lo sucesivo, lo que se conoce de esta historia es la reconstrucción que Criminalística hizo de los hechos. María iba de seguro esperanzada camino al centro, creyendo que, por fin, el ansiado trabajo le llegaría y que no sería nada “riesgoso”.
De acuerdo con las trazas de los registros telefónicos que obtuvo el CICPC ese mismo día 01 de marzo de 2018, Salim y María se vieron en el Centro Comercial Ciudad Chinita. Luego, los reportes de señal la ubicaron en el malecón y de ahí no hubo más reportes de señal.
Los investigadores de Criminalística concluyen que María fue llevada por el árabe hasta la casa donde “estaría alojada la hijastra que venía llegando al país”, casa situada en el barrio San Sebastián, parroquia Manuel Dagnino.
No se sabe bajo cuáles condiciones iría María con el árabe, pero, a decir de una declaración de uno de los vecinos del árabe en el mencionado barrio, ella se fue tranquila con él.
En el Centro Comercial Ciudad Chinita, se vieron María Gracia y su asesino…
Quizá María llegó a sospechar algo, pero, tal vez su inocencia y el confiar en un “señor serio” quien siempre fue serio y respetuoso, le borraba las sospechas, o tal vez ni siquiera sospechaba, totalmente engañada por la buena labia del árabe.
Una vecina le comentó a Criminalística que habían visto a una muchacha con las mismas características de María Gracia sentada en un mimbre en frente de la “casa rosada” donde tenía rato alojado Salim con su hijo Hachem.
“La vimos sentada en el porche y pensamos que era la hija del ‘turco’ porque, él también nos había dicho que esperaba una hija que le llegaría de afuera, nosotros creímos que ella era esa hija, nosotros la vimos ese día 01 de marzo al mediodía, pero luego no volvimos a verla más”.
Momento aterrador
El vecino de Salim, logró escuchar cuando éste entró con la muchacha a la vivienda que éstos habían alquilado: “¡Hachem, mira a quién te traje!” fue la exclamación de Salim.
María esperó unos minutos sentada en el porche que es cuando la vecina la observa, pero de inmediato la hacen pasar dentro de la casa y ahí comienza el terror para la chica.
Una vez que María ingresó a la sala, jamás volvió a salir de ella, al menos no con vida. Los árabes la estrangularon y la violaron. Usando un cable telefónico la asfixiaron hasta que la pobre muchacha dejó de respirar.
Ella intentaría luchar y gritar, pero los dos fuertes hombres impedirían que ella pudiera delatarlos, la callaron para siempre y luego vino lo peor.
Un vecino, comentó a la policía que había visto a Metid en horas de la noche con una pala abriendo un hueco en un jardín pegado a la cerca de la casa, pero le pareció algo normal que cualquiera hace en su casa para sembrar o para instalar una tubería, en fin. Además, el árabe era muy conocido en el sector como el amable vendedor de víveres, porque es que Metid, tenía una mesita con víveres que vendía a la comunidad y éstos ya le conocían y le tenían cariño.
Así que aquel hueco que este vecino vio a Salim abrir no fue sino para enterrar el cuerpo sin vida de la jovencita de 18 años.
Los árabes esperarían que la lóbrega noche avanzara y ya en la madrugada, cuando no había moros en la costa, tomaron el cuerpo de la chica y la enterraron en un agujero muy poco profundo pegado a la cerca de la casa que luego taparon con la misma arena hasta dejar totalmente enterrada a la chica allí y se acostaron a dormir como si nada.
Espeluznante hallazgo
«Venía oliendo muy mal, había moscas y de cuando en cuando, la brisa que soplaba profundizaba el mal olor, salía de la casa del ‘turco’ pero hace tiempo que allí no hay nadie», contó la vecina.
Algunas cosas no quedaron muy claras. Una vez enterrada la muchacha, el ‘turco’ y su muchacho se marcharon de la casa. De hecho, los vecinos se extrañaron de que esa tarde, del día siguiente al hecho, el ‘turco’ no sacó su mesita de víveres.
No estaban, supuestamente, pero con el pasar de los días y ya siendo noticia la desaparición de María Gracia, tal y como reza la sabia criminalística, el homicida siempre vuelve a la escena del crimen, los dos árabes se enconcharon en la vivienda donde perpetraron el asesinato.
El martes “Santo” 27 de marzo de 2018, los detectives del CICPC irrumpieron en el inmueble y allí habrían sido recibidos a tiros por los monstruos Salim, quienes fueron abatidos por la comisión policial y llevados maltrechos a la emergencia del Hospital Pedro Iturbe. Estaban allí en esa misma casa de cuya profundidad emanaba el olor de la muerte.
Lo cierto es que el CICPC olió el presagio y acudió al inmueble, luego de carearse a tiros con los dos aberrados, revisaron los exteriores de la casa hasta dar con la fosa de unos cuantos metros -tal vez dos o tres- y al lado de un almendro y de unas plantas de sábila estaba enterrado el cuerpo parcialmente desmembrado de la estudiante universitaria, todo lo cual, hizo más difíciles las labores de extracción, pues, hubo que exhumar con mucha precisión y cuidado el maltratado cadáver, ya descompuesto.
Los vecinos nunca sospecharon del ‘turco’ y jamás pensaron que la pestilencia que percibían era de un cadáver humano, pensaron que podía tratarse de un perro muerto, un gato o una rata, pero quedaron realmente estupefactos cuando se corroboró que era el cuerpo de María Gracia.
Una fuente vinculada con el caso informó que, a la muchacha, presuntamente, la habrían violado, para luego estrangularla. Se conoció que el hoyo donde la enterraron tenía unos cuantos metros de profundidad. En cuestión de 60 minutos dieron con los restos putrefactos que, posteriormente y con sumo cuidado, fueron extraídos por los técnicos forenses.
Los vecinos de la comunidad, manifestaron su preocupación, pues la fetidez era persistente. Pero no sospechaban que se trataba del cuerpo en avanzado estado de descomposición de María Gracia. Todos permanecían incrédulos y expectantes, no daban crédito a que, en ese mismo lugar, donde semanas la policía realizó varios allanamientos, se encontrara a la inocente muchacha.
Fachada mortal
Habitantes de la avenida 46 del barrio cercano al Conjunto Residencial El Pinar revelaron que hace cerca de un mes, Salim habitaba esa casa, que tenía un letrero que dice: “Se vende”.
En esta vivienda fue asesinada y enterrada la jovencita María Gracia Reyes…
Presuntamente la alquiló a una mujer que se encuentra en Colombia, según uno de los moradores de la barriada.
En la inspección realizada por los investigadores, localizaron en la basura de la casa objetos de mujer que se presumen pertenecían a la estudiante.
Adiós desgarrador
Finalmente, el viernes “Santo” 30 de marzo dieron cristiana sepultura a la bella e inolvidable María Gracia Reyes Sanjuan (18). Los gritos y llantos erizaban pieles en el camposanto Jardines de La Chinita, donde a las 11.00 de la mañana enterraron a la niña que iluminaba un hogar y la vida de muchos, vilmente secuestrada, violada, estrangulada y enterrada en una jardinera de una casa en el barrio San Sebastián.
“Tanto que te dije que no fueras mi amor, mi niña linda, no paré un segundo de buscarte, yo te quería encontrar, pero no así, así no mi niña…” expresaba tumbada sobre el féretro de su hermanita, Nathaly Torres.
Los restos mortales de Reyes Sanjuan fueron velados precisamente en casa de su hermana Nathaly. Dos retratos dibujados de la estudiante ultrajada fueron dispuestos en la diminuta sala al lado del ataúd.
Amigos, familiares, compañeros, docentes y vecinos de la joven presenciaron las exequias donde poco se hablaba. Un shock colectivo invadió el lugar, solo los sollozos y llantos de su madre Judith Sanjuan, y demás familiares se escuchaban.
De vez en cuando, se sentía el olorcito a café recién colado, cuyos sorbos calmaban un poco a los compungidos participantes de los actos de duelo.
Hasta el jueves, 29 de marzo de ese mismo año, en la morgue de Castillo Plaza, yacían los cuerpos de los dos cobardes asesinos. Metid y Hachem Salim no habían sido reclamados ni los fueron a reclamar al final. Para la familia de estos dos engendros es poco más que vergonzoso ir a la morgue a reclamarlos ¡Que se pudran ahí! Se supo que una de las parientes contestó a la policía vía telefónica.
Es de destacar, que, paralelo a la investigación del CICPC, Nathaly Torres y unos amigos de María Gracia, decidieron emprender su propia investigación y fueron a dar a Ciudad Ojeda, donde vivió antes Metid Salim.
Con todo el viento en contra, Nathaly Torres siempre albergó esperanzas de encontrar con vida a su hermanita…
Hasta allá fueron y dieron con la casa de los parientes del árabe y se llevaron una terrible sorpresa cuando los parientes de Salim le contaron a Nathaly Torres la desgracia de que Metid era un embaucador, un asesino, un psicópata y un secuestrador que había estado preso por violación a una jovencita allí mismo en la Costa Oriental del Lago, lo cual le valió la plena repulsión de todo su entorno familiar.
Conocer esa noticia tumbó por completo las esperanzas de Torres, quien, sin embargo, aún albergaba un halito de fe de encontrar con vida a su hermanita menor, pero ya sabemos que no fue así.
En el camposanto, fueron momentos desgarradores. El féretro de la hermosa estudiante de Artes Plásticas reposa, mientras comienza el doloroso sufrimiento de sus parientes hacia la superación. ¿Cómo se supera algo así? El único consuelo es saber que los dos causantes de esta tragedia también han muerto y que no habrá inocente en este mundo que ellos puedan atacar.
Esta historia desgarradora impactó al Zulia y a toda Venezuela. Desde el primer momento en el cual se conoció la desaparición de la estudiante y a decir de todas las diligencias y acciones hechas por sus compañeros de clase que de apodo cariñoso le llamaban a Reyes Sanjuan “María Sonrisa” para tratar de encontrarla y para no dejar que el caso se enfriara.
Fueron 26 largos días de angustia para un desenlace tan terrible y doloroso. Hoy no se sabe si doña Judith Sanjuan aún viva y de estar con vida, cómo habrán sido sus días desde ese 27 de marzo de 2018 hasta el día de hoy.
Al final las muertes se superan con el pasar del tiempo, pero la marca queda, el trauma de algo tan espantoso no se borra jamás y Nathaly Torres, de seguro mantiene fresco el recuerdo de su hermanita menor.
NAM/Ernesto Ríos Blanco
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