Los terroristas suicidas que se hicieron estallar en tres iglesias y tres hoteles en Sri Lanka, causando al menos 359 muertes, estaban “bien educados y provenían de familias de clase alta y media”, informó este miércoles el ministro de Defensa ceilandés Ruwan Wijewardene, quien señaló que pudo existir asesoramiento y apoyo económico del grupo yihadista Estado Islámico, que el martes se atribuyó los atentado.
Uno de los atacantes había cursado estudios universitarios en el Reino Unido y luego realizó un posgrado en Australia antes de retornar a Sri Lanka. Las autoridades piensan que los otros terroristas también habían viajado alguna vez al extranjero.
“La mayoría de ellos tenían una buena educación y venían de familias de clase alta y media, así que eran bastante independientes económicamente y sus familias poseían estabilidad financiera, lo cual es un elemento preocupante”, indicó Wijewardene. “Algunos tenían maestrías en Derecho, eran gente muy bien educada”, agregó, según reseñó el portal argentino Infobae.
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El lunes el Gobierno de Sri Lanka identificó a uno de los atacantes como Insan Seelavan, este sería el dueño de una pequeña fábrica, lo que representaría que era una persona con recursos económicos medios.
Las autoridades arrestaron a 24 sospechosos el lunes, incluyendo a los nueve empleados del terrorista. Este miércoles el ministro de Defensa informó que se produjeron otros 18 arrestos y en total existen 58 personas bajo custodia judicial por el caso.
Uno de los detenidos es un comerciante de especias, es el padre de dos hermanos musulmanes que se hicieron explotar en los hoteles Shangri-La y Cinnamon Grand.
NAM/CNN
