La economía informal está despareciendo del casco central de Maracaibo. Los buhoneros abandonan las mesas y tarantines por irse a trabajar a Colombia.
La falta de efectivo y los altos costos de la mercancía deja de brazos caídos a los comerciantes de la economía informal, pues no tienen ganancias por las bajas ventas para poder invertir en comprar mercancía nueva y vender a un costo con el que puedan ganar lo invertido y más.
La ausencia de circulación de dinero en efectivo en las calles hace cuesta arriba para estos puestos y tarantines poder vender la mercancía, porque no cuentan con puntos de ventas ni otra forma de pago, que podría ser a través de transferencias bancarias.
Los puestos lucen completamente vacíos y desolados. Los buhoneros que se han ido tanto a vivir al vecino país como a trabajar ida y vuelta a Maicao, han dejado con algunos cuidadores las mesas, que son los mismos comerciantes informales que aún siguen trabajando en algunos puntos tratando de sobrevivir.
Un ejemplo de esta situación, son los tarantines que rodean las torres petroleras justo al frente del Hospital Chiquinquirá, donde hay una hilera completa con puestos totalmente vacíos. De repente, ante el abandono de esa mesa, otros buhoneros deambulantes aprovechan de colocar su poca mercancía. La escena se repite al igual en otras hileras que van hacia la entrada del Callejón de los Pobres y en el Paseo Ciencias.
Algunos comerciantes informales consultados que se negaron en aportar sus nombres y a salir en cámara, expresaron que el contexto económico del país ha obligado a los buhoneros a irse en busca de mejorar económicamente y ante la devaluación de la moneda venezolana. «Aquí no venden nada, no hay efectivo, la gente no compra por eso y porque lo que tienen en dinero lo usan es para poder medio comer».
Consientes de la situación comentaron que no pueden vender una mercancía que esté valorada según el del dólar «no oficial» porque los sueldos en el país están muy por debajo e esa valor.
NAM/ Aylen Bucobo
José Valbuena: Foto
