Rafa Nadal careció de esa chispa que permite que reaccione en partidos que se le complican. Sin ese extra, después de más de un mes sin competir por la lesión abdominal sufrida en Wimbledon que además condiciona su saque actual (cometió 8 dobles faltas), chocó contra un rival en una situación opuesta, aprovechando un día de inspiración, de gloria.
El estadounidense Frances Tiafoe, 24 años y nº 26 mundial, eliminó en octavos al español, 36 años y N.º 3, 6-4, 4-6, 6-4 y 6-3 en 3h.33′. Insistió el manacorí buscando la gesta, pero la hazaña la firmó el americano. Consiguió derrotar a Rafa Nadal en Grand Slam, algo que nadie había conseguido este año. La racha de invicto del manacorí concluyó tras 22 victorias.
De hecho, es el peor resultado del 22 veces campeón de Grand Slam en torneos de esta categoría desde que se quedara asimismo en octavos de Wimbledon 2017.
Situación comprometida para Nadal, que esperaba más en Nueva York, en su regreso después de haber sumado su cuaro título en la edición de 2019.
Tras el KO del ruso Daniil Medvedev, defensor de la corona, ante el australiano Nick Kyrgios, Nadal tomó virtualmente el número uno mundial, aunque volver al liderato ATP ya no está solo en sus manos. Sólo será el próximo número uno si ni Carlos Alcaraz ni el noruego Casper Ruud llegan a la final.
Para él, esto último es una anécdota. Piensa en títulos ‘grandes’. Ya había mostrado síntomas de debilidad en sus dos primeros encuentros, cediendo de entrada tanto frente al australiano Rinky Hijikata como contra el italiano Fabio Fognini. Rementó, mientras que Richard Gasquet ni inquietó.
Tiafoe elevó el listón, y no lo alcanzó Nadal, a remolque durante mucho tiempo por los tiros poderosos de un norteamericano que ya había proclamado que no era el mismo que había cedido dos veces en 2019. «He madurado, ahora sí creo que puedo ganar. Voy a ir a por Rafa». Dicho y hecho.
Realizó un partido monumental, como exige siempre Rafa Nadal en estos eventos, por mucho que no fuera la versión ideal del balear, que no aguantó ni siquiera una ventaja de 3-1 en el cuarto set. Faltaron piernas, acierto. No era la jornada del isleño. De vez en cuando nos recuera que es un ser humano.
Su gris choque combinado con el excelente del rival da como resultado el pase de Frances Tiafoe a su primeros cuartos del US Open, segundos de Grand Slam tras los de Australia 2019, donde fue arrollado por Nadal. Le espera en esta ocasión el ruso Andrey Rublev.
«Cafeína, café», gritaron desde el palco Carlos Moyà, Sebastià y Maribel Nadal. Se acababa de cerrar el techo retráctil en el cuarto set, con 2-1 Rafa. También ellos detectaban que faltaba la energía de costumbre en su pupilo, hijo y hermano, respectivamente. No era el día. Marchó hacia la quinta derrota del curso sin fuerza para la heroica.
Tiafoe castigó mucho con el revés cruzado, la derecha paralela. Metió 18 ‘aces’, muchos cuando más lo necesitaba, como para remontar un 15-40 con 3-2 Nadal en el cuarto set. Lanzó misiles, estuvo muy rápido. Un único lunar en su actuación, la doble falta que le costó la segunda manga. Aunque ni eso, ya que arriesgar formó parte un repertorio completo. Fue valiente, tuvo fe. Enseñó su gran potencial, en pleno desarrollo a sus 24 años.
NAM/Mundo Deportivo
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