“Continuamos en estado de amenaza y acoso” informó el Diacono César Montoya al hacer del conocimiento público que contra su persona y su familia continúa una situación irregular de persecución iniciada en su contra desde el año 2012, por ser hermano del Diputado Julio Montoya cuando se intentó vincularlo con consecuencias penales al Caso del Ateneo de San Francisco y que fueron de resonancia mediática.
“El domingo próximo pasado al salir del Barrio Integración Comunal a la altura del elevado de Sabaneta fui interceptado por tres motorizados con pasamontañas quienes me hicieron bajar el vidrio de mi vehículo y entre gritos y amenazas me dieron a entender que si seguía predicando en contra la revolución me iban a sacar de en medio. No iban a permitir que otro cura Montoya como el de San Francisco ponga a la gente contra la revolución”, narró el Diácono, el último episodio en el sintió vulnerada su integridad ante una situación de amenaza y acoso.
Comentó César Montoya que todo esto es consecuencia no solo de los lazos que le une a Julio Montoya sino además “a la franca oposición y denuncia que hace contra una dictadura que hunde en la pobreza cada vez más al Venezolano”.
Esta situación que vive él y su familia es nada nueva, el Diacono Montoya refirió que en el 2012 el modus operandis fue citarlo ante la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, presidida para entonces por el Diputado Pedro Carreño y al Ministerio Publico.
“En el 2017 en las participaciones durante las manifestaciones recibimos gas del bueno como decía Chávez, pero, hoy en el 2018 es más directo, personalizado y atentatorio contra la integridad física”, dijo alarmado el Diácono, que presta un servicio a la Iglesia Arquidiocesana en algunas comunidades y en las también ha vivido situaciones irregulares.
“En las comunidades donde ejerzo mi ministerio pastoral, se presentan personas y en medio de mis homilías, cuando me refiero a situaciones vinculadas con la situación de catástrofe humanitaria que sufre el país y que claman al cielo, se levantan interrumpiendo, pidiéndome que no me meta en política” comentó Montoya, dejando saber que la Iglesia no puede estar de brazos cruzados ante la situación que se vive en el país.
“En otras oportunidades en las celebraciones presididas por mí se hacen presentes reconocidos activistas afectos al gobierno del barrio donde tengo mi comunidad eclesial para ver quienes asisten y posteriormente amedrentarlos. Se da el caso que
acosan a quienes usan los programas del gobierno y asisten a las actividades que yo programo en la comunidad, pero lo que prende más las alarmas es el hecho reciente”, concluyó el Diacono César Montoya quien teme por su seguridad e integridad
personal y el de su familia.
NAM/José R. Espina F.
