«La Revolución empieza ahora, la Revolución no será una tarea fácil, la Revolución será una empresa dura y llena de peligros», fueron las palabras pronunciadas por Fidel Castro en el Parque Céspedes, de Santiago de Cuba, el 1º de enero de 1959.
Ese año trajo para Cuba un importante triunfo de parte del Ejército Rebelde, encabezado por el líder revolucionario. Ese primero de enero el grupo revolucionario ingresó victorioso a Santiago de Cuba y el dictador Fulgencio Batista huyó rumbo a Estados Unidos.
Batista había llegado al poder el 10 de marzo de 1952 con el impulso de un golpe conocido como el «madrugazo»; su gobierno, respaldado por el Ejército, el imperialismo y la burguesía fue cuna de una gran degradación social, en la que el pueblo fue víctima de explotación y precarias condiciones de vida.
Las primeras revueltas contra la férrea dictadura llegaron de mano de los estudiantes, y con el apoyo de ese sector, el dirigente del Partido Ortodoxo, Fidel Castro, asalta el cuartel de Moncada en 1953, fracasando en el intento y siendo capturado, sin embargo, las repercusiones de esta acción convirtieron a Fidel una figura popular tras el alegato de su autodefensa en el juicio: «Condenadme, no importa, la historia me absolverá».
Años más tarde, en 1957 una huelga general sirvió para que el Movimiento 26 de Julio («M26», movimiento guerrillero impulsado por Castro) comprendiera la importancia de incorporar el factor social a la lucha por la libertad de Cuba, siendo que a fines de 1958 una huelga general de cinco días facilita la entrada de los insurgentes a La Habana y la posterior instauración de un gobierno provisional a cargo de Manuel Urrutia Lleó, precisa La Izquierda Diario.
En 1959 Urrutia expulsa a Fidel de la jefatura del Ejército, siendo restituido por la movilización obrera y campesina, lo que ocasiona la renuncia de Urrutia, y el poder queda en manos del Ejército Rebelde.
El imperialismo y su boicot a la Revolución
La revolución acaba con el Ejército, y en su lugar, acompañan al nuevo gobierno los peones rurales, obreros y campesinos que militaban en el Ejército Rebelde. La situación enciende las alarmas de la burguesía y desde el inicio comienza a boicotear al gobierno.
La promulgación de la Ley de Reforma Agraria, la reducción de tarifas y alquileres ponen al límite la relación del nuevo gobierno y el imperialismo.
En julio de 1960 Estados Unidos (EE.UU) comienza a ejecutar medidas de presión económica contra la Mayor de las Antillas con la suspensión de la compra de azúcar a la isla.
Dichas presiones aumentan, hasta que los estadounidenses deciden romper relaciones oficiales en enero de 1961, más tarde, John F. Kennedy firma la Orden Ejecutiva Presidencial 3447 con la queimplantó de manera formal el bloqueo económico, comercial y financiero que desde el 3 de febrero de 1962 hostiga al pueblo cubano, reseña Telesur.
El bloqueo más largo de la humanidad ha costado a la isla caribeña más de 130 mil millones de dólares los últimos 56 años, y al menos 4 mil 321 millones de dólares hasta octubre del presente año, detalló el embajador extraordinario y plenipotenciario de la Mayor de las Antillas en Venezuela, Rogelio Polanco.
El bloqueo representa un fuerte obstáculo para el desarrollo económico del país, además, de una violación a los Derechos Humanos del pueblo cubano.
Entre las consecuencias más angustiantes del bloqueo se encuentra la imposibilidad de Cuba de exportar o importar libremente alimentos de Estados Unidos, además, las importaciones de medicamentos están condicionadas.
Reivindicación social
La llegada de Fidel al poder representó el inicio de transformaciones sociales, políticas y económicas en beneficio del pueblo.
De acuerdo a Telesur, Cuba es el único país de Latinoamérica que no presenta desnutrición infantil; ostenta una tasa de escolarización del 100 por ciento y una de las tasas de mortalidad infantil más baja del continente.
El sistema de salud de Cuba es uno de los más reconocidos en el mundo, hecho que le ha permitido colaborar en este sector con más de 59 países desde la instauración de la revolución.
Pese a estar bajo un fuerte ataque económico por parte de los Estados Unidos, la isla ha podido desarrollar «una política social de gran envergadura que ha tenido reconocimiento internacional», garantizando «la producción de medicinas y alimentos porque son áreas en las que el bloqueo se ensaña de manera muy particular con nuestro pueblo», refirió el pasado mes de octubre el embajador de Cuba en Venezuela, Rogelio Polanco.
Por otra parte, el pasado 22 de diciembre el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, ofreció ante el Palacio de Convenciones un balance de los logros alcanzados por la revolución durante este 2018.
En medio de tantos factores adversos, la isla alcanzó un discreto crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 1,2%; cerrando de forma positiva el comportamiento de la economía del país.
Durante el año entró en vigor el incremento de las pensiones mínimas a los jubilados, y las prestaciones monetarias que son percibidas a través de la asistencia social.
«Estos incrementos, que tienen un costo anual para el Presupuesto del Estado de 224 millones de pesos, están dirigidos a mejorar modestamente el ingreso de las personas y núcleos familiares de menor poder adquisitivo y son un anticipo parcial de las medidas que se adoptarán para ordenar la situación de los salarios, pensiones, prestaciones de la asistencia social, subsidios y gratuidades», indicó el mandatario, citado por CubaDebate.
Díaz-Canel destacó el crecimiento de la producción de arroz y frijoles que permiten sustituir importaciones a la isla caribeña. El Gobierno también garantizó los servicios sociales de la población en educación, cultura, salud y deportes.
Además, el programa de vivienda del Estado ejecutó la construcción de más de 29000 viviendas.
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