Durante la Semana Santa las costumbres populares se arraigan a la fe y se conjugan entre la devoción y la creencia religiosa, mientras que los creyentes acompañan a Jesús en el Triduo Pascual que comprenden jueves santo, viernes santos y sábado de gloria, otros aparte de participar a las celebraciones, memoriales y conmemoraciones que hace la Iglesia Católica correspondientes a la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, también por tradición familiar practican algunas particularidades que han pasado de generación en generación.
El sahumerio es un símbolo de purificación para muchos; por tanto al llegar el jueves santo, mezclan el incienso con otros elementos, como incienso, mirra y estoraque, lo pasan por toda la casa como un signo de limpieza. Hay familias que el viernes santo a las tres de la tarde pasan el sahumerio por toda la vivienda como aviso de que Jesucristo ha muerto y entren en un silencio hasta el sábado de gloria.
Algunos creyentes se esmeran para que el inicio del Triduo Pascual no los agarre con la casa casa ni la ropa sucia, sino que lavan y dejan todo limpio, porque así los enseñó la abuela de la familia.
Otros, se reúnen desde el jueves en sus residencias torno a la Réplica de La Chinita y elevan su oración en familia a Dios, hacen peticiones y rezan por Aquel que dio su vida por el perdón de los pecados del mundo.
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