Una de los motivos de consulta más frecuente, después de la infidelidad, es el apego emocional, si bien el consultante en la mayoría de los casos no lo tiene claro, puede manifestar malestar y disconfort, refiriendo de forma clara, no poder salir de esa relación que le genera sentimientos de miedo, tristeza, angustia, entre otros.
Cuando hablamos de apego, podemos definirlo como es ese vínculo obsesivo que establece una persona con una idea, cosa, actividad o persona pensando que te va a ser feliz. Lo que hace que el la persona que apegada o dependiente, se valga de todos los medios, en aras de permanecer en la relación, por más infructífera que esta sea.
Existen varias razones por las cuales en una relación se crea un vínculo de dependencia y son las siguientes:
Una es la debilidad por el placer, que se presenta cuando a pesar de las discusiones, maltratos y malos ratos que se viven, las reconciliaciones suelen tan intensas, que actúan como una recompensa, generando la necesidad de volver a experimentar tan elevado pico de dopamina.
Otra, por buscar la seguridad afuera, en otra persona, en una pareja, validando frase como: cuando estoy con él o con ella, soy mejor persona. Desde que esa persona llegó a mi vida, todo es mejor. Yo cambié para mejor, desde que le conocí. Lo representa una pobre autopercepción y desvalorización del ser propio, creando la necesidad de estar al lado de otro que le complemente.
Y por último, por creer que la autorrealización depende del éxito o de las cosas que hago y en este caso, me refiero al hecho de tener pareja como cumplimiento de un requisito social, para poder encajar, en lo que se cree que es la norma. Entonces por temor a desencajar, el dependiente se aferra con todo a dicha relación.
Ahora es importante saber cuándo estamos en una relación de apego
Cuando nos sentimos incapaces de renunciar a alguien, a pesar de que nos hace daño.
Otra señal es cuando el deseo se vuelve insaciable y siempre queremos más, para mantener el nivel de placer.
Cuando no somos capaces de autocontrolarnos, de autoregularnos (no soy capaz de negarme, incluso no soy capaz de revelarme ante una situación por miedo a peder a esa persona)
El malestar que genera no estar con esa persona, ya sea tristeza, rabia, dudas, aquí comenzamos a experimentar el síndrome de abstinencia y nos desesperamos
Y el último es persistir en la relación sabiendo que es dañino para mí, me golpea, me humilla, me ofende y aun así permanezco. Creyendo que la vida no tiene sentido sin esa persona.
Si te encuentras en esta situación, busca ayuda profesional.
Psicóloga/Sexóloga
María Fernanda Prieto
Cosultoria privada: +58,424.632.08.68
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NAM/María Fernanda Prieto
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