Un nuevo estudio que pone en científico lo que cualquiera puede entender por puro sentido común. El sexo es lo que le da sentido a la vida. Lograr compartir con otra persona la intimidad máxima, la compenetración y la complicidad que comporta el acto sexual es para lo que estamos hechos.
En este caso ha sido un equipo de psicólogos de la Universidad George Mason, en Fairfax, Virginia, Estados Unidos, los que ha redactado un informe al respecto. El documento muestra las conclusiones de un estudio basado en el análisis de comportamiento y estado de 116 estudiantes. Sin duda un buen universo para un estudio de este tipo.
Durante tres semanas, el equipo monitorizó el estado de ánimo de los alumnos. Al mismo tiempo, se les preguntaba por su frecuencia sexual. Y al cruzar los datos se produjo la sorpresa.
Merece la pena vivir (después del sexo)
En realidad no. Lo que sucedió es que aquellos que habían practicado sexo el día antes, se mostraban de mejor humor, y, sobre todo, pensaban que la vida merecía la pena ser vivida. No es que los que no se comían un rosco se quieran morir, pero la relaciones sexuales parece que nos aportan una visión de la existencia con sentido. Este sentimiento se registraba en igual medida en chicos y en chicas.
Los autores han apresurado a establecer que no es el sexo en sí lo que le da sentido a la vida. Son las relaciones afectivas. El sentir que formamos parte de un conjunto de dos que funciona, en el que se comparten sentimientos y experiencias. La vida, en una palabra.
El Plural / NAM / Samdy Godoy
