El próximo 17 de enero sale a subasta un pedazo de la historia. Se trata del Mercedes-Benz 770k Grosser Offener Tourenwagen -también conocido como “Super Mercedes”– que utilizó personalmente Hitler hasta 1945. La empresa Worldwide Auctioners se encargará de llevar a cabo la venta en Scottsdale (Arizona, EE.UU.). Y un 10% del dinero conseguido se destinará a acciones de educación sobre la historia del Holocausto y prevenir que sucesos de esta índole puedan pasar en el futuro.
El ejemplar, con el número de chasis 189744, fue fabricado específicamente para el dictador alemán en 1939 y encarnó una de las representaciones del orgullo nacional alemán. La marca tardó unos 11 meses en entregarlo a su poderoso propietario, que lo había encargado en septiembre del 1938.
El coche tenía una carrocería descapotable con el objetivo de facilitar su utilización en desfiles y ceremonias organizadas para recibir a dirigentes extranjeros. En 1940, por ejemplo, participó en la recepción en Múnich(Alemania) del dictador fascista italiano, Benito Mussolini, durante una visita de Estado.
El uso dado al vehículo durante la II Guerra Mundial (1939-1945) es desconocido, pero tras el fin del conflictofue decomisado por las fuerzas militares norteamericanas que se encontraban en Le Havre (Francia). En 1946, paso a manos del tabaquero belga Vander Elst, que posteriormente lo vendió a otro empresario de la industria en Estados Unidos residente en Tennessee, Tom Austin, quien donó el automóvil a la asociación local de Veteranos de Guerra, donde se empleó durante años para luego permanecer en un garaje hasta 1976, cuando fue descubierto por los coleccionistas Steve Munson and Joe Ogd.
Por aquel entonces el coche tenía 33.309 kilómetros en su odómetro y necesitaba una restauración. Tras una merecida puesta a punto, llegó a exponerse en el Museo de Antigüedades Automovilísticas Históricas de Chicago, que cifró su valor en un millón de dólares. Posteriormente, el “Super Mercedes” de Hitler pasó por otros propietarios hasta caer en manos de uneuropeo en 2004.
El “Grosser” es, según Worldwide Auctioners, un vehículo “muy caro, diseñado concienzudamente, fuerte y hecho a mano” que se vendía a nivel mundial a todo el que pudiera permitírselo, y que superaba la velocidad de 160 kilómetros por hora, una cifra que ahora no impresiona pero que en aquella época era muy elevada.
Para alcanzar estas prestaciones, el ejemplar estaba propulsado por un motor de 7,7 litros con doble compresión volumétrica que desarrollaba hasta 230 caballos (155 CV sin la compresión). Equipado con una transmisión manual de cinco relaciones, sólo se fabricaron 88 unidades antes de que Mercedes-Benz cancelara el programa en 1943, dos años antes de la caída del régimen nazi.
La Vanguardia
