miércoles 8 de mayo de 2024

¡SEGUNDO EN EL MUNDO! Reino Unido es el primer país europeo en superar las 30.000 muertes

El coronavirus se había cobrado hasta ayer en el Reino Unido la vida de 30.076 personas, de acuerdo con los datos del Gobierno -la Oficina Nacional de Estadística eleva el número por encima de las 32.000 muertes- lo que convierte al país en el segundo a nivel mundial con mayor cantidad de muertes, tras Estados Unidos, y en el primero de Europa, después de haber superado a Italia. No obstante, es el cuarto en número de decesos por cada 100.000 habitantes, después de Bélgica, Italia y España, según datos de la universidad Johns Hopkins. «¿Cómo se ha llegado a esto?», fue la pregunta que le lanzó ayer a Boris Johnson el laborista Keir Starmer durante la sesión de preguntas y respuestas al primer ministro en el Parlamento en lo que fue su primer cara a cara. La última vez que el «premier» respondió a los diputados en la Cámara de los Comunes fue el 25 de marzo, antes de ser ingresado en el hospital por Covid-19 y de que Westminster cerrara.

Starmer, que empezó su intervención dándole la bienvenida a Johnson tras su recuperación y felicitándole por el nacimiento de su hijo hace una semana, cuestionó la respuesta del gobierno ante la emergencia y pidió un «consenso nacional» para su gestión; y además acusó al Ejecutivo de haber sido «lento para decretar el cierre, lento en la realización de pruebas, lento en el rastreo y lento en el suministro de equipos de protección» a los trabajadores en primera línea. Además, cuestionó al Ejecutivo sobre las muertes en residencias, a lo que Johnson respondió que «la epidemia en hogares de ancianos es algo de lo que me arrepiento amargamente», entonando un atípico «mea culpa» que sin embargo no responde de forma contundente a las críticas.

«Cada muerte es una tragedia», dijo el «premier», que defendió el «enorme esfuerzo» que se ha llevado a cabo para atajar la epidemia y declaró que «cada decisión ha sido tomada con el objetivo de salvar vidas y proteger al NHS (el sistema nacional de salud)». Con respecto a las muertes, explicó que es «demasiado pronto» aún para comparar el número de fallecidos en el Reino Unido con otros países. «Ya habrá tiempo de mirar hacia atrás y ver si se hizo algo mal», dijo, aunque sin el tono vehemente que lo ha caracterizado siempre en los debates y en las ruedas de prensa. El primer ministro hizo además una nueva promesa que ha sido recibida con escepticismo: la de realizar 200.000 test diarios de coronavirus a finales de este mes, tras haber anunciado hace unos días que la meta inicial de realizar 100.000 pruebas al día antes de que acabara abril se había cumplido.

Una de las exigencias de la oposición es que el Gobierno anuncie de una vez su plan para desconfinar a la población, que se encuentra encerrada en sus casas desde el pasado 23 de marzo. Las medidas vigentes deben revisarse hoy, ya que las leyes aprobadas para darle poderes especiales al Ejecutivo durante la emergencia obligan a que las medidas sean examinadas cada tres semanas. Johnson, que se negó a dar detalles, advirtió que la cuarentena no podrá relajarse hasta que sea seguro hacerlo y que sería un error levantarla demasiado pronto, lo que provocaría una segunda ola de la epidemia y un desastre económico, pero avanzó que el domingo dará un mensaje a la ciudadanía, ahora que el pico del brote ha pasado, donde explicará cómo se producirá el «desbloqueo», cuyos primeros cambios podrían ser efectivos a partir del lunes. Tanto Starmer como el speaker de la Cámara, Sir Lindsay Hoyle, le afearon a Johnson que vaya a hacer un anuncio importante y además televisado sin pasar primero por el Parlamento.

NAM/Infoabe