jueves 25 de abril de 2024

¡SE APROVECHAN DE LA CONFIANZA! Los 14 evadidos de un albergue en Táchira asesinan al custodio luego de jugar baloncesto con él

Los jóvenes que la noche del viernes causaron la muerte del custodio Énder Omar Rozo Valera, en el albergue de varones de la avenida 19 de Abril, lo atacaron cuando regresaba el grupo de la cancha deportiva, donde estuvieron jugando baloncesto minutos antes, con la cooperación del propio funcionario ahora fallecido, quien fungía como una especie de entrenador.

Rozo siempre estaba pendiente de los muchachos, pues ayudaba a cuidarlos y les colaboraba en la formación deportiva. Entrenaba a varios de ellos y les tenía confianza, pero  ahora estos aparecen en la lista de sujetos que, con un cuchillo y de manera sorpresiva, lo atacaron y le quitaron la vida en momentos que ingresaban al área de dormitorios para ducharse e irse a dormir. De pronto estalló la trifulca, en medio de la cual los custodios encargados de la seguridad fueron acorralados, agredidos con arma blanca y objetos contundentes.

Este fue el preámbulo de la fuga de 14 internos, cuya búsqueda está a cargo de funcionarios de los diversos organismos de seguridad que, desde el momento que ocurrieron los hechos, trabajan sin descanso en busca de pistas que permitan recapturarlos.

Custodios sorprendidos

Aproximadamente, eran las 9.00 de la noche cuando se encendieron las alarmas por una situación irregular en el Albergue de Menores San Cristóbal, ubicado en la avenida 19 de Abril. En un primer momento se dijo que se trataba de un motín y había varios fallecidos, pero pocos minutos después la versión fue corregida, por “fuga masiva”, asesinato de uno de los custodios y heridas a dos más.

Pese a que existe hermetismo sobre lo ocurrido, se sabe que los organismos encargados de las investigaciones están analizando varias hipótesis para tratar de establecer lo que en efecto ocurrió.

Una de ellas tiene que ver con la presunta planificación de la fuga durante la jornada deportiva y que la misma incluía la neutralización de los vigilantes encargados de la custodia de los jugadores y retornarlos al área de calabozos.

Al parecer, los ahora fugitivos tenían en su poder algunos palos y otros objetos contundentes, así como armas cortantes y punzo penetrantes, por lo que no se descarta que se hubiese tratado de un hecho premeditado, que supuestamente no fue ejecutado en el momento preciso por razones que se desconocen.

De allí que la acción de los presos ocurre en el último momento, cuando prácticamente estaban por ingresar a las áreas cerradas, con menores posibilidades de movimiento, ya que estarían bajo candado. Esta versión es tan solo una hipótesis que está entre los puntos que analizan los expertos para aclarar los hechos y establecer la procedencia del cuchillo utilizado para asesinar a Rozo.

Fuga por el parque Metropolitano

Se aclara que la reacción de las autoridades fue la adecuada, pero la fuga ocurrió de manera tan rápida que, cuando las comisiones llegaron, ya no había rastros de los evadidos, que lograron varios minutos de ventaja a su favor.

En primera instancia llegaron equipos del Cuerpo de Bomberos de San Cristóbal, con unidades ambulancias y personal paramédico, a fin de dispensar auxilio a los heridos.

A dos de los custodios les apreciaron traumatismos y heridas, producto de los golpes que les fueron propinados con objetos contundentes. Lamentablemente, por el tercer funcionario ya nada pudieron hacer, ya que se encontraba sin signos vitales, a causa de heridas de arma blanca.

Los bomberos se ocuparon de evacuar a los dos heridos y en sus ambulancias los llevan al puesto de emergencias del Hospital Central, donde son identificados como David J. Sayet Santander, de 52 años, y Jesús M. Rodríguez, de 37 años, a quienes los médicos de guardia les diagnosticaron politraumatismos, causados por golpes con objetos contundentes.

También acudieron funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana y detectives del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, bajo el mando del comisario Carlos Javier Luna, jefe de la delegación municipal San Cristóbal, así como funcionarios de la Brigada Contra Homicidios, Laboratorio de Criminalística y otras brigadas, que asumieron las investigaciones previas al levantamiento del cadáver, que es llevado a la morgue para la respectiva autopsia.

Determinan que en efecto hubo una fuga masiva de adolescentes que, por su implicación en varias infracciones a la ley, se encontraban recluidos en el referido reten, a órdenes de tribunales. Se comprueba la ausencia de 14 internos.

A la par, la noticia comienza a correr por las redes sociales y son publicadas, sin mayores detalles, las primeras fotografías de los evadidos.

La fuga ocurrió por la parte posterior del albergue. Los evadidos corrieron hacia la parte posterior y saltaron la cerca que los separaba del parque Metropolitano, para luego correr hasta el barrio Las Flores, donde algunos vecinos informaron haberlos vistos. Allí se perdió el rastro del grupo, sin que hasta el momento se conozca su paradero.

Adolescentes y adultos

Se advierte que los fugados son considerados como “peligrosos”, y tienen una característica en común: Todos tienen la cabeza rapada, lo que puede ayudar a encontrarlos, con la cooperación de la ciudadanía. En un principio se dijo que los fugados son 14 adolescentes, pero la realidad es otra. Entre ellos hay al menos 10 adultos, que fueron ingresados al albergue cuando eran menores y, pese a alcanzar la mayoría de edad, aún se les mantenía en ese lugar.

El custodio Énder Rozo, cuidaba a los muchachos y entrenaba con ellos en la cancha de baloncesto. Este les tenía confianza a los jóvenes, pues eran muy cercanos y éstos «se sentían bien» con la compañía y el trato del custodio asesinado.

De los fugados, tan solo tres o cuatro son menores, en edades de 15, 16 y 17 años; los demás son adultos, de 18, 19 y hasta veinte años. La relación es la siguiente: Flores, de 19 años; Niño (19), Chirinos (18); Acevedo (20); Figuera (18); Carrillo (18); Varela (20); Quintero (18); Becerra (19) y Avendaño (18). De cuatro de ellos no fueron revelados detalles, por tratarse de adolescentes.

Paradero desconocido

La policía mantiene silencio sobre las operaciones de recaptura, por considerar que es lo más prudente. Trascendió que en un primer momento se presentaron algunos inconvenientes a causa de una información no verdadera, aportada por la colectividad, que llevó a los funcionarios hasta diversos sectores de San Cristóbal y zona vecinas para verificar detalles, que resultaron ser falsos.

Las labores de inteligencia policial están en primera línea del trabajo detectivesco y se sigue apostando a la cooperación de la ciudadanía.

Las comisiones han ido a las casas de los fugados y han conversado con sus familiares y amigos, pero estos aducen desconocer su paradero.

Las operaciones de búsqueda y rastreo se mantienen durante las 24 horas del día, sin resultados aún.

De momentos no hay detalles reales. “Pareciera que se los tragó la tierra”, comentó un funcionario. Sin embargo, se cree que en cualquier momento la situación pueda cambiar y las autoridades logren pistas para encontrarlos y recapturarlos.

NAM/Vía La Nación

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