Monseñor José Luis Azuaje Ayala, arzobispo de Maracaibo y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) presidió la Santa Eucaristía que precedió el descenso de la sagrada reliquia del retablo con la imagen mariana desde su nicho hasta la plazoleta de la Basílica.
Los Chiquinquireños, encabezados por Danelo Badel, Neguito Borjas, Ricardo Cepeda entre otros grandes exponentes de la gaita zuliana serenatearon a la Virgen con los cánticos de adoración y fe.
Azuaje Ayala envió un mensaje en la homilía de la misa a políticos, líderes sociales, autoridades y sacerdotes: “Cuidemos al pueblo, estamos por encima de cualquier referencia”.
Oró por todos aquellos que partieron de este mundo a consecuencia del COVID-19 y por sus familiares. Uno de los mantos que exhibió María la Virgen, fue diseñado con dos motivos; alas que representan a quienes sucumbieron ante el Coronavirus y manos de quienes han sobrevivido y siguen batallando ante esta pandemia.
La Virgen fue recibida por Monseñor Azuaje y toda la curia reunida en torno a la Bajada y luego fue colocada en su plataforma para que los Servidores Marianos la cargaran y la bailaran al ritmo de los Chiquinquireños.
La acostumbrada procesión no se llevó a cabo en esta ocasión en medida de prevención por el tema COVID-19, sin embargo, María del Rosario de Chiquinquirá permaneció entre sus fieles en torno a la plazoleta y permanecerá expuesta en el ala izquierda de la Basílica.
Fuegos artificiales llenaron de luz y color el cielo marabino ante el fervor y el sentimiento profundo que significa este encuentro de una Patrona con su pueblo.
La Virgen Chinita hará su acostumbrado recorrido lacustre para Bendecir a los pueblos de agua del estado Zulia.
NAM
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