Hablemos de Grooming, término asociado al abuso sexual vía redes sociales. Quitémonos los tabúes que para nada favorecen, por el contrario, obstaculizan y coartan la racionalidad y el pensamiento crítico y asertivo sobre una realidad que existe y que es incluso letal cuando se llega a los extremos. Si tiene hijas, primas, sobrinas, hermanas, tías y amigas -todos las tienen- hay que estar pendientes y, de tener hijos también, pues esto no distingue sexo, edad, clases social, estatus económico, creencia religiosa ni política y, aunque el mayor porcentaje de las víctimas son mujeres y los victimarios hombres, podría ocurrir al revés. La intención de este artículo es informar, formar y alertar sobre una realidad que cada vez coge más cuerpo, entre otras cosas, por la desinformación y falta de orientación a la hora de actuar. Siga leyendo que está interesante.
Según un estudio publicado por la ONG Plan International, realizado en chicas entre una edad de 14 y 25 años, reveló que el 59% de las jóvenes sufren alguna forma de acoso sexual en las redes sociales. Mientras que un 75% de las participantes del estudio admitieron que su acosador era alguien conocido.
El Grooming es el término utilizado para este tipo de abuso y que según un reportaje de ‘La Gaceta’, un medio de comunicación argentino, este se incrementó un 30% durante la pandemia. Estas se convierten en cifras alarmantes que deberían preocupar a la población global.
En el caso de Venezuela no existen reportes específicos sobre quienes sufren este tipo de acoso, en este caso, la desinformación se convierte en el peor enemigo de la victimas que lo sufren. Es por ello que en NAM decidimos hacer cobertura para informar cuál es la acción a tomar si se es víctima de grooming.
Desde la mente del acosador
“La finalidad del acosador es causar miedo, psicoterror, generar un pánico en una persona, y ejercer un control en las emociones que generan ansiedad en la victima” así lo explicó la psicóloga y sexóloga María Fernanda Prieto –quien afirmó que en la mayoría de los casos son conocidos quienes cometen en abuso – “Hay personas que son obligadas a enviar imágenes porque se encuentran amenazadas, porque su pareja compartió fotos intimas o porque las tomaron sin su consentimiento”.
Prieto recalcó que la finalidad de la extorsión cibernética recae en pedir más material pornográfico de la víctima, a través de la negociación y del temor que infunde, cayendo en un círculo vicioso de chantaje continuo.
Sobre aquellos que no conocen a la víctima, pero de igual manera la acechan, puede deberse a una patología relacionada con la pornofilia que es la pornografía que se vende: “Si la persona tiene esa patología o es sexo cibernético, buscan a las personas que estén más vulnerables para hacer una presión a través de las redes sociales hasta lograr su objetivo, que es consumir sexo por medio de las redes” aseveró.
Desde la perspectiva de la víctima
¡NUNCA es responsabilidad de la víctima! es un problema que tiene el victimario “Es un depredador sexual, un psicópata, que quiere herir psicológica o moralmente a su presa” manifestó la sexóloga.
Con esto se infiere que en el caso del grooming hay dos elementos: El depredador sexual y la presa o víctima, sea ésta menor o mayor de edad, sea ésta reacia a caer o que caiga fácil, la condición o vulnerabilidad de la víctima no la hace menos víctima, por el contrario, hace más perverso y malvado al victimario.
En este caso, María Fernanda recomendó en caso de un desconocido, evitar hacer la conexión “Lo ideal sería, en primera instancia no darle oportunidad al victimario de que empiece un enlace. Ignorar para que no sienta que se le está dando importancia”
Sin embargo, en el caso que la relación ya esté establecida, lo mejor es establecer un límite “Expresar que la conversación NO es de tu agrado y que no te gusta el tono que está tomando y cortarlo de una vez. Porque si sigue pasando a mayores, ya quedó claro que la víctima no quería cruzar esos límites y si persistió se convierte en acoso”.
De igual manera, se genera un terror por las cosas de las cuales son capaces los acosadores o el acosador por conseguir su fin. “Si no se conoce a la persona, esta puede dañar tu integridad y amenazar con subir contenido de conversaciones, fotos y destruir moralmente a la persona. Pero cuando el victimario conoce a la víctima podría pasar de un acoso simple a un acoso por obsesión”.
En muchos casos, puede generar problemas de autoestima graves y la agraviada siente culpa de lo que sucedió y es necesario el acompañamiento psicológico para llegar al fondo de lo que generó la acción depredadora en esa persona.
“Porque me siento menos, porque pensé que podría ser yo la acosadora, por que sentí cargar con la culpa, etcétera, eso es inocular ese sentimiento adverso a lo real en cada persona”. enfatizó Prieto.
También mencionó que el incidente puede llegar a extremos donde este tipo de acosos puede ser mortal, porque el atacante quiere lograr la mayor de cantidad de víctimas pero muertas y en este caso puede debilitar tanto la autoestima que induce a la persona a un suicidio.
¿Qué hacer?
Para Prieto lo mejor es “Hacer caso omiso, si insiste, acudir a las instancias judiciales. A diferencia del acoso personal, esto deja rastro (…) La desinformación y el atraso en la sexualidad es un problema cultural, entonces la víctima desconoce cómo proceder o a quien acudir y el abuso sigue siendo continuo”.
En el ámbito legal, el abogado Marcos Torres explicó: “Lo mejor en esos casos es que se haga la denuncia o en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) de la jurisdicción del Estado dónde se encuentra la víctima, o a la Fiscalía en materia de violencia de género (…) Si hay pruebas pertinentes de que se está sufriendo un acoso sexual en línea, y se posee todos los datos de esa persona, los organismos actúan”.
De acuerdo con el artículo 48 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, si es un acoso sexual simple, la pena de prisión varía entre 1 a 3 años “En cambio, si una persona, valiéndose de un dispositivo electrónico, solicite, chantajee, extorsione, hurte material o información de índole sexual, y no sea algo consentido, lo buscan hasta abajo de las piedras” dijo Torres.
En el mismo orden de ideas, Torres remarcó que la pena puede ser más alta dependiendo de los cargos que se le impute al acosador “Delitos como la violencia psicológica, hostigamiento, etc. aumenta gradualmente la pena. Puede ser de 1 año hasta 15 años”.
Conocer las herramientas e informar sobre el grooming y el impacto tan grave que tiene en la sociedad. Se deben establecer círculos de confianza y comprender que el abuso sexual en redes sociales es real y de esta manera, salvar a niñas, adolescentes y adultas de pasar por un proceso desagradable como la sextorsión que puede afectarlas significativamente de manera psicológica, moral y tener una afectación directa en cómo la observa la sociedad y de su reincidencia en la misma.
NAM/Eileen Medina
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