martes 16 de abril de 2024

¡RODRIGO CABEZAS A 20 AÑOS DEL 11-A! «Esos eventos ayudaron a romper los valores de la convivencia en democracia»

Cuando en 1992, se produjo aquel intento de Golpe de Estado en Venezuela contra Carlos Andrés Pérez, hechos insurreccionales encabezados por el posterior presidente Hugo Chávez, se dijo que con ello se había fracturado la convivencia en democracia, pero, los detractores de Chávez no aprendieron la lección y quisieron imitarlo en su propia contra, todo lo cual, vino terminar de desmoronar los resquicios que todavía quedaban en el país de tolerancia, respeto, reconocimiento y capacidad de dirimir las diatribas enmarcados en la Constitución y las leyes y no en la violencia, que fue justamente lo que hubo los días 11, 12 y 13 de abril de hace 20 años.

El economista, expsuvista y ahora opositor al chavismo; fundador del partido político Zulia Humana, Rodrigo Cabezas, sostiene que esos eventos del 11 de abril de 2002 “ayudaron a que se rompieran el respeto y la tolerancia como valores intrínsecos de una convivencia en democracia».

“El diálogo en democracia debería ser un hecho normal, natural, obligante y exigible a las fuerzas políticas. Diría que importaría mucho que los venezolanos, reflexionando, podamos decir que un diálogo y convivencia democrática de nuevo tipo es lo que va a superar las heridas que nos dejó el 11 de abril”.

“Esos eventos –añade Cabezas- dejaron este largo camino de confrontación que atrincheró a unos en Miraflores y desbordó a otros desde la oposición. Hoy, 20 años después, sigue marcando la vida nacional”.

Intentos fallidos ¿Parte de lo mismo?

Cabezas sostiene que “la ruptura del diálogo democrático es la consecuencia más delicada que nos dejó esa polarización. Ese proceso llevó a unos a usar las armas para desalojar a un Presidente constitucional y desarrollar una agudización política que paraliza a una sociedad y a una nación”.

Para el dirigente del nuevo movimiento político Zulia Humana, La actividad económica estaba con dificultades. Una tasa de desempleo del 9%, era algo preocupante en el 2002. Se habían producido manifestaciones de los sindicatos que todavía mantenían alguna fuerza, caso de la CTV que era fuerte y no estaba diezmada como está ahora.

“Ellos habían llamado a paros nacionales y movilizaciones. Ese es un dato importante. Había un malestar en la sociedad y en el mundo del trabajo en relación al tema del desempleo. El Gobierno no había logrado bajar la inflación del promedio de 20%. La promesa de llevarla a un dígito no se cumplió”.

El economista también recuerda el tema de las leyes habilitantes aplicadas por Chávez como un importante elemento de combustión en esa explosión.

“Otro hecho que está también en el terreno económico es la decisión del Gobierno de adelantar, con las leyes habilitantes, todo un proceso de democratización particularmente de la propiedad de la tierra. Se intentó hacer una revolución agraria, sin declararla como tal, pero las leyes habilitantes tocaban el tema de las tierras ociosas, es decir, tierras de propiedad privada que estuvieran ociosas y todo ello causó mucha tensión con el mundo empresarial del campo venezolano y un rechazo del sector empresarial a esta decisión que se percibió como expropiatorias”.

Cabezas afirma que “eso aceleró el distanciamiento entre el Gobierno y las cúpulas empresariales concentradas en Fedecámaras, Conindustria, Fedeagro. Literalmente se rompió el diálogo”.

Insiste en destacar que para el momento no había un auge económico, “todo lo contrario, ello facilitó que, sobre el malestar social que había en ese momento, la oposición se planteara un proyecto insurreccional”.

“Recuerdo una conversación con el presidente Chávez -siendo ya su Ministro de Finanzas- en la que reconoció que en el 2002 las encuestas del área estratégica que llevaban en Miraflores daban una popularidad del presidente 33%. Él consideraba muy bajo apoyo y de opinión pública, además había un rechazo muy fuerte del 45% de la población”.

¿Se pasó o no se pasó factura tras el golpe fallido?

“Al mirar los años 2003, 2004, 2005, 2006 la respuesta es no –afirma Cabezas- Esa misma noche del 13 de abril el Presidente se presentó magnánimo y eso hay que reconocerlo. Sacó un Cristo. No hubo persecuciones a nadie. No hubo detenciones masivas. Me refiero a llenar los sótanos y cárceles de la policía política de activistas, incluso hubo una decisión del Tribunal Supremo de Justicia, que tuvieron que aceptar, que obligó a la no sanción de los militares que estuvieron involucrados en la insurrección militar del 2002. Creo que la ruptura con el empresariado vino del 2007 en adelante, cuando el modelo que se asumió para el cambio social, que era el socialismo, la revolución lo entendió como una confrontación contra el capital privado, pero eso fue años más tarde”.

Aferrados al cubismo

Para el economista y exchavista, los hechos en sí mismo del 11 de abril no fueron detonante en la radicalización del proceso bolivariano sino la estrategia posterior de aliarse abiertamente a Cuba.

“Un dato que debe mirarse es que comienza una relación más profunda con los cubanos y hacia 2003 se instalan las dos primeras grandes misiones que elevaron la popularidad de un Gobierno que tenía entre 30% y 33% de apoyo. La Misión Robinson destinada a enseñar a leer y escribir a unos 800.000 venezolanos que eran analfabetas y la Misión Barrio Adentro, que significó que por primera vez en muchos años la prestación del servicio de salud que llegara a barrios populares con gente humilde sencilla y muy empobrecida”.

Se trata de dos modelos aplicados mucho antes en Cuba y de los cuales se sirvió el chavismo para aplicarlo en Venezuela obteniendo, en las primeras de cambio, no solo resultados favorables, sino la credibilidad de un grueso sector de la población excluida y sin accesos a la salud y la educación.

La radicalización fue en el control militar

Cabezas separa dos elementos, el netamente político, donde considera que no hubo tal radicalización por parte del gobierno de Chávez posterior al golpe, pero sí la hubo en el férreo control sobre las altas esferas militares, pues, dice Cabezas que, fue en el seno de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) que se fraguó ese golpe de Estado fallido y había que hacer depuración y establecer controles.

“Creo que Hugo Chávez se convenció de que tenía que hacer una especie de depuración en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que era la que realmente le había desalojado del poder por unas horas. Entonces si se habla de radicalización del proceso a partir del 11 de abril, yo lo colocaría en el estamento militar en el que comienza a operar un proceso de control férreo de los altos mandos militares, desde el punto de vista de la conducción, de la designación de las jerarquías militares y en el campo de la ideología. Esto hizo que la FANB, más allá de la Constitución, se convirtiera en la Fuerza Armada del proyecto socialista. La radicalización podría verse en ese campo”.

Finalmente, Rodrigo Cabezas insiste en la necesidad de cambiar el rumbo de confrontación que le ha impuesto el 11 de abril al país desde hace 20 años.

NAM/Con información de Versión Final

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