La reciente aprobación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) por parte de la Asamblea Nacional ha elevado los decibelios en el conflicto político del país, pues la inmediata reacción del gobierno de Nicolás Maduro fue de rechazo y amenazas en contra de esa decisión. Y es que Juan Guaidó, jefe del Parlamento, rechazó este martes las declaraciones de Maduro, quien amenazó con encarcelar a quienes insistan en llevar adelante la iniciativa del TIAR, que es un tratado de cooperación militar internacional que podría ser activado y ejecutado en territorio venezolano si la crisis interna llega a un extremo peligroso para la seguridad del continente sudamericano.
En sus declaraciones en alocución pública, Maduro llego a asegurar que «ya tiene preparada la grúa» para llevarse (detenidos) a cualquiera de los diputados que habían aprobado el TIAR, en referencia a la detención del primer vicepresidente de la AN, Edgar Zambrano, quien fue apresado y trasladado a prisión por el Sebin en una grúa al negarse a bajar de su vehículo para ser aprehendido.
«El régimen lo que busca es generar terror y generar miedo. A la dictadura lo que le queda es arreciarse, pues a nivel de acción política, de construcción de mayorías y de reconocimiento internacional estamos más fuertes que nunca», dijo Guaidó a la prensa en la entrada del Palacio Federal Legislativo.
Luego de haberse aprobado la reincorporación del país a ese tratado internacional el pasado martes 23 de julio, Maduro leyó en cadena nacional de radio y televisión la sentencia del TSJ sobre el TIAR y les advirtió a los militares sobre el apartado de esa sentencia que califica como «acto hostil» lo que ocurra. Además, agregó que «todo aquel que invoque al TIAR en Venezuela será considerado como promotor de un acto hostil».
En su decisión judicial, el TSJ ratificó que solo el gobierno de Nicolás Maduro tiene la facultad constitucional para manejar las relaciones internacionales de Venezuela. No obstante, Guaidó insiste en que el TIAR no debe verse como una «solución mágica» a la crisis del país.
NAM/Ricardo Serrano
