Alta expectativa y prueba superada la del campeón de Roland Garros 2009, Roger Federer, quien ha vuelto a competir oficialmente en una justa sobre polvo de ladrillo luego de tres años de ausencia, un tenista que jugó su último torneo sobre esta superficie en Roma 2016.
La prueba no era nada sencilla en esta segunda ronda para el genio de Basilea, quien tuvo en frente a un duro adversario como el francés Richard Gasquet, quien dio lo mejor de sí en una abarrotada pista Manolo Santana, cargada de un aura especial por ver al campeón de 20 Grand Slams.
Ajustando sus pasos y su juego, el helvético lució como si nunca hubiera dejado la arcilla, aunque tuvo algún desajuste, demostró que está listo y adaptado para dar pelea en la gira sobre superficie lenta, tomando confianza y dejando claro que nunca olvidó cómo jugar sobre una rojiza cancha.
Federer fue contundente desde el comienzo, un juego potente en ocasiones y muy inteligente en otro para aprovechar las ventajas que da la arcilla, pelotas corta y un revés muy fino, sumado a un saque muy contundente, ganó el 92% de los primeros, y dos quiebres que dejaron la ventaja para el número tres del mundo.
No sacó el pie del acelerador el tricampeón, que mantuvo el ritmo y que en 52 minutos cerró el duelo al romper el servicio del galo en el noveno juego para cerrar sin problema alguno su debut en la capital española. Triunfo muy rápido contundente de un Federer que sumó 28 tiros ganadores por 20 errores no forzados.
NAM/TennisWorld-.
