El viraje político y diplomático que ha sufrido el gobierno de Nicolás Maduro en América Latina ha generado un fuerte impacto en su mermada legitimidad internacional, por lo cual hoy solamente cuenta con el respaldo de los gobiernos de Cuba, México, Nicaragua y Uruguay, en el ámbito latinoamericano. Pero este viernes se sumó a la estrategia de presión internacional en su contra el gobierno de Argentina, pues Elisa Trotta, quien funge como embajadora de Venezuela en ese país, designada por Juan Guaidó, fue reconocida en pleno por el canciller argentino Jorge Faurie.
Esta movida diplomática de Mauricio Macri, presidente de Argentina, ocurre a tan solo días de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que amenazan con sacar del poder al actual mandatario. Sin embargo, esa decisión en política exterior podría ser revertida si el candidato socialista Alberto Fernández gana las elecciones, puesto que en su campaña llegó a asegurar que si asume el poder retirará a Argentina del Grupo de Lima y mantendrá una posición neutral frente a la crisis política venezolana como los gobierno de México y Uruguay.
De esta forma se gesta una nueva estrategia diplomática con la cual el gobierno de Macri busca blindar diplomáticamente la red política internacional de Guaidó para mantener su actual nivel de respaldo en la región, el cual ha sido clave para las actuales gestiones de los países miembros del TIAR y el endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos contra la administración de Maduro.
Aún no se sabe qué consecuencias podría tener la decisión de darle a Trotta la representación plena de Venezuela. Los venezolanos de la oposición, y en especial Trotta, venían pidiendo que el Gobierno les entregara el edificio sede de la representación diplomática, ubicado en Palermo, según dijeron fuentes oficiales al diario argentina Clarín.
Esto implica que si la izquierda vuelve al poder en Argentina, podría originarse un conflicto por el control de la representación diplomática de Venezuela en Argentina, el cual es un país clave en la situación migratoria de los venezolanos y la presión en la OEA para la activación del TIAR.
Ricardo Serrano
