Resulta impensable que Tiburones de La Guaira, con el ‘carro de leña’ que posee, liderado nada menos que por el MVP de la Liga Nacional en MLB y primer jugador 70/40 de la historia del mejor béisbol del Mundo, Ronald Acuña Jr., sumado a otros nombres como Mikel García, Danry Vásquez y compañía, haya perdido juegos clave y se encuentren en este momento quintos con 17-19, pero, la realidad es que es cierto. En Tiburones las cosas no han salido nada bien con todo y Acuña Jr ‘partiendo la liga’
¿Qué está pasando en Tiburones? los más supersticiosos lo atribuyen a la postura del propio dueño del equipo, Wilmer Ruperti, quien, incluso generó una gran polémica cuando públicamente declaró que le iba a «partir el C…..» a Leones del Caracas en un encuentro, que al realizarse, fue La Guaira el que salió derrotado.
El equipo litoralense venía herido tras la derrota en la final de la temporada pasada ante Caracas. Pero, si bien no ganaron la final que buscan desde hace 37 años, conformaron un team work que estuvo a punto de lograrlo y toda esa confección a nivel gerencial se le debe a un joven llamado César Collins.
La partida de Blanco
El primer movimiento de Collins para esta temporada fue remover como mánager a Henry Blanco. Si. Henry Blanco, el mismo que llevó a Tiburones un pestañazo del ansiado campeonato, no recibió nunca una ratificación y le dijo sí a la gerencia de Cardenales de Lara, equipo que hoy dirige felizmente montado en la cima con un registro que lo coloca en posición de ‘sobrados’ junto con Leones del Caracas.
La ida de Blanco generó una diatriba entre los aficionados, pero, muchos la criticaron. Anunciaron a Edgardo Alfonzo como mandamás y se generó gran expectativa al respecto. Allí en ese ínterin se consumó la asunción de Ruperti como nuevo propietario de Tiburones de La Guaira, transacción que para hacerse oficial había que sortear una traba administrativa con uno de los socios anteriores y superado el escoyo Ruperti asumió.
Clubhouse de lujo
Una de las primeras acciones muy criticadas que ejerció La Guaira con Ruperti ya al frente fue dejar entrever que, mientras Leones del Caracas ocupaba el estadio Universitario, éste estaba deplorable y que una vez mudado el equipo de la capital al Monumental de La Rinconada, el Universitario, que pasaría solo a ser la casa de Tiburones mostraría otro rostro y en efecto así fue.
Jamás un equipo había invertido tanto dinero en remozar y recuperar al mítico estadio de pelota como lo hizo La Guaira esta temporada. Y lo primero que mostraron con gran orgullo fue el nuevo club house, que sin lugar a dudas sufrió una transformación impresionante. Un propio espacio de ligas mayores. Sin embargo, con el pasar del tiempo y el tema de la pésima importación que trajo La Guaira para esta campaña, los propios aficionados criticaron que se gastara el ‘realero’ que gastaron ‘innecesariamente’ en el clubhouse y en cambio no invirtieran bien el recurso en traer buenos importados.
La desarmonía
El nailon comenzó a templarse aguas adentro en Tiburones, cuando, Ruperti anunció un cambio en la gerencia del equipo, nombrando a un nuevo gerente general, cargo que ostentaba entonces César Collins sin mencionar qué cargo iba a ocupar este último.
Es decir, sin anestesia ni previo aviso, Ruperti bajó de rango a Collins, lo movió de su cargo y lo relegó a un lado para darle su puesto a un ‘desconocido’ de la afición: Alberto Días. La noticia, difundida por redes sociales, cayó como una bomba al lado de Collins, quien manifestó su descontento y en consecuencia dimitió en Tiburones de La Guaira.
La noticia, tal como se dio cayó muy mal en la opinión pública y luego, cuando Collins anuncia su retiro, la reacción fue peor. Eso generó malestar a lo interno entre los peloteros, muchos de los cuales, inclusive públicamente mostraron su respaldo a César Collins.
Desde entonces y hasta ahora, Tiburones ha navegado en una suerte de vaivén que nadie comprende teniendo el line up que tiene. La llegada de Acuña Jr. debió convertirse en un envión para los litoralenses. Ellos deberían ocupar el top tres de la liga, pero, en su lugar, sorprendentemente, están los Bravos de Margarita.
Tras la salida de Collins
Una vez que César Collins hace oficial su renuncia a Tiburones de La Guaira, entonces Ruperti le entrega el cargo de Gerente Deportivo a un conocido de la LVBP, Luis Sojo. Éste ha pasado por varios cargos desde que se retiró como activo: Ha sido manager, coach, comentarista, productor televisivo y ahora gerente deportivo.
Sin embargo, su labor ha sido bastante criticada en Tiburones dados los resultados obtenidos hasta el momento que sitúan al equipo litoralense, ahora mismo, quintos y con record negativo.
Y la renuncia de Alfonzo
Todo el que conoce algo del negocio del béisbol sabe lo inestable que es para cualquier equipo, tenga el lineup que tenga, la ‘cambiadera’ de manager, la cambiadera de gerentes y más aún en medio de la propia temporada, porque, ese es un ejercicio previo al inicio de la campaña ¿para qué? para que todo el equipo, desde la presidencia hasta el que cierra las puertas del clubhouse remen en la misma dirección y se cree lo que se ha creado en estos tres monstruos: Caracas, Lara y Margarita, el llamado Team Work.
Pero, en La Guaira nunca se ha creado ese Team en esta temporada. El cambio inesperado de gerente anunciado por Ruperti, más la ida en malos términos de Collins, contagió al clubhouse de esa desarmonía que es tan dañina en un clubhouse.
Las cosas no venían funcionando y La Guaira nunca se mostró estable. Las críticas entonces empezaron a caer como un bombardeo sobre los hombros de Edgardo Alfonzo, culpándole del ‘mal manejo’ de su roster. La bomba terminó de explotar, Alfonzo no aguantó más la situación y plantó su renuncia expresando algo que finalmente refrenda todo lo que aquí hemos venido analizando.
«Ya no me sentía parte intrínseca del proyecto inicial…» palabras que dejan entrever que no había armonía, que la línea comunicativa entre la gerencia y el manager no era la mejor y entre el manager y algunos peloteros tampoco. Sabiamente, Alfonzo da un paso al costado y La Guaira, en una suerte de llamada de emergencia pela por uno que, sin desmeritarlo, ciertamente no está a la altura de poner las cosas en orden.
Davalillo se ha estrenado ganando anoche a los Tigres de Aragua por paliza. 15-1, pero, ya sabemos cómo es este béisbol y que los espejismos están a la orden del día. Afortunadamente, para Davalillo, se enfrentó a un equipo muy endeble, un club que ha sido de los más inconsistentes, principalmente con un pitcheo muy dubitativo. Era bueno haberlo visto enfrentar a Caracas, Lara o Margarita, los tres primeros de la tabla, pero, habrá tiempo para entonces.
Ojalá en este análisis nos equivoquemos y David Davalillo calle bocas. Pero, es muy complejo el line up con el cual tiene que lidiar y muy desarmónico un dogout que le tocará arreglar cuando ya vamos en la recta final de esta temporada que termina el 27 de diciembre. Es muy posible que Tiburones clasifique, porque, con el line up que ostenta, si no lo hace, sería el descalabro más grande de su historia, pero, las cosas aguas adentro siguen muy tensas y eso pasará factura al final.
NAM/Redacción/Redes
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