Los salones de clases se quedan vacíos en la capital zuliana. En promedio de 38 a 40 por ciento ha mermado la matrícula escolar en Maracaibo. Aunque es relativa la deserción por aula, se estima que al menos de tres a 10 alumnos han abandonado sus estudios desde finales de 2017, situación que se acentuó a inicios de este 2018.
Asimismo, las instituciones educativas públicas se ven colmados de solicitudes de ingreso por migración de colegios privados, debido a que los padres y representantes no pueden pagar las mensualidades ni las colaboraciones.
El éxodo de docentes es otra arista del problema, porque al igual abandonan las aulas de clases y se van del país en busca de otros horizontes que les ofrezcan una estabilidad económica.
La falta de alimentos, de dinero en efectivo, el alto costo de la vida y los constantes robos de los cuales son víctimas las escuelas son los elementos que influyen en la crítica situación que vive la educación pública.
Los estudiantes también dejan de asistir a su clases por la carencia de comida, al no alimentarse no rinden y a mitad de mañana la necesidad de nutrientes en el organismo hace que muchos pierdan la conciencia o lloran porque tienen hambre. Esto es parte de los testimonios que se escuchan en las escuelas: una realidad tangible en la mayoría de los planteles.
Los docentes a su vez, no acuden en vista de que muchos alumnos no van a clases y por la falta de pasajes, de dinero en efectivo y el dilema de para qué trabajar si el salario no alcanza.
Aquí testimonios de la realidad que se vive en los planteles de Maracaibo:
NAM/ Aylen Bucobo
José Valbuena: Vídeo y fotos