El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, instó el domingo a Kazajistán a unirse a Washington para presionar a Pekín por el tratamiento que da a las minorías musulmanas, un asunto delicado para la nación centroasiática que mantiene estrechos lazos con la vecina China.
Durante su visita a la capital, Nursultán, Pompeo dijo que ha planteado el asunto en conversaciones con el ministro de Relaciones Exteriores de Kazajistán, Mukhtar Tleuberdi.
“Hablamos de la trata de personas y de la difícil situación de más de un millón de musulmanes uigures y personas de etnia kazaja que el Partido Comunista Chino ha detenido en Xinjiang, justo al otro lado de la frontera con Kazajstán”, dijo Pompeo.
“Estados Unidos insta a todos los países a que se unan a nosotros para presionar por el fin inmediato de esta represión. Les pedimos simplemente que proporcionen refugio y asilo seguro a aquellos que buscan huir de China”.
Las Naciones Unidas y los grupos de derechos humanos estiman que entre 1 y 2 millones de personas, en su mayoría de etnia musulmana uigur, han sido detenidas en duras condiciones como parte de lo que Pekín llama una campaña antiterrorista.
China ha negado repetidamente cualquier maltrato a los uigures y dice que los campos ofrecen formación profesional. Describe a los detenidos como estudiantes.
Tanto Estados Unidos como China -que están atrapados en una amplia disputa sobre comercio y otras cuestiones- son grandes inversores en Kazajistán, una antigua república soviética.
Pompeo dijo en Twitter que se reunió con familias de personas de etnia kazaja detenidas en la provincia china de Xinjiang, y elogió a Kazajistán por no obligar a los solicitantes de asilo a regresar a China.
Pompeo dijo que Estados Unidos estaba ayudando a Kazajistán, rico en petróleo, a protegerse contra el brote de coronavirus originado en China.
Tleuberdi no hizo ningún comentario sobre el tema uigur y se centró en su lugar en la cooperación económica y de seguridad.
NAM – Reuters
